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Adiós a Luis Mizar, el ‘Poeta Eterno’ de Valledupar

Pese a sus esfuerzos por vivir, tuvo que partir. Luis Mizar Maestre dijo adiós al mediodía de ayer. El abandono estatal fue, tal vez, otro de los factores que acercaron esta despedida, según amigos y poetas.

Aquella cita ineludible con el destino no pudo esperar para aquel poeta cesarense que dio su último suspiro a las 1:10 de la tarde de ayer en una clínica de Bogotá.

El autor de las Briznas de la nada umbría, obra donde dejó plasmado su dolor interno por una enfermedad renal crónica que lo consumió poco a poco, dijo adiós por siempre.

A sus 53 años, este vallenato escritor de cientos de poemas y cinco grandes obras (Tardes tristes con testigos, Partituras en sepia, Bitácora del atisbador, Letanías del convaleciente y Briznas de la nada umbría), dijo adiós, pese a su lucha por vivir.

Pese a la amputación de una pierna y en espera de otra cirugía su decisión de vivir permaneció. Sin embargo sus energías, también debilitadas por las constantes diálisis, se mantenían presentes, pero no fue suficiente y falleció.

Este amante de la poesía, considerado por el Ministerio de Cultura como uno de los cinco poetas más reconocidos a nivel nacional, dejó un legado cultural que abrazan las riquezas de la literatura.

Su dolorosa partida, aquella que anunciaba su estado de salud, de inmediato se esparció por todo el territorio nacional a través de las redes sociales, en las cuales sus amigos, familiares y colegas con palabras de cariño le dijeron ¡Gracias! Por su aporte a la cultura de este país, tal como lo hizo la poeta y escritora radicada en Medellín, Ana Francisca Rodas Iglesias.

“Gracias poeta por su maravillosa obra, que es un legado poético para el departamento del Cesar, Colombia y el mundo. Gracias poeta por su sonrisa, por su humildad, por su abrazo. Paz en la tumba de un hombre grande”.

En Valledupar, la odontóloga Ledys Jiménez, quien fue amiga y confidente de aquel amante de las letras, en medio de entrelazadas emociones narró cómo fue su amistad con el amigo de siempre.

“Estudiamos juntos y fue ahí donde conocí a quien más adelante se convertiría en mi apoyo incondicional en toda mi etapa de estudios superiores”, dijo la profesional de la salud.

Sin titubear, Jiménez dijo que Mizar fue el mejor poeta que ha parido esta tierra, agregando que “era un brujo de la naturaleza del hombre y siempre me maravillé de su inteligencia exquisita ilustrada y excelsa. Mi amigo fue de un grupo compacto de personas incondicionales como lo era; José Atuesta, Alba Quintero, Neris Cuello y yo, nos habíamos convertido en una familia y él era como nuestro padre”.

Por su parte, su amiga y periodista Alba Quintero, quien tuvo la oportunidad de estar cerca de él y compartir momentos agradables, al lado de sus familiares, dijo: “Sin duda, la obra de Luis Mizar será ejemplo para todas las generaciones venideras”.

Ella se refería a Briznas de la nada umbría, su última obra, lanzada en el 2013, donde dejó al descubierto sus sentimientos, aquellos que por meses lo acompañaron en su habitación de aquella casa inmensa ubicada en una esquina del barrio Siete de Agosto, donde rodeado de libros, sus recuerdos le hacían eco, mientras su cuerpo se iba debilitando ante una enfermedad renal crónica, junto con diabetes que le fueron haciendo inútil sus movimientos.

Un hombre con un elevado coeficiente intelectual
Desde niño el coeficiente intelectual de Luis Mizar Martínez superaba los límites de su edad y deslumbraba por su precoz madurez y fluidez verbal.

“Tenía fama de inteligente, e incluso cuando entré al colegio apenas tenía unos meses en kínder cuando me pasaron para segundo de primaria, porque entendía demasiado” dijo a EL PILÓN en el 2014, el tan reconocido poeta y escritor que encantó con sus letras a todos sus lectores a nivel nacional.

Desde niño los libros fueron su pasión. Él recordó que cuando hacía 3° de primaria, debido al rendimiento académico, la profesora Elizabeth Santana le regaló un libro del Quijote de La Mancha. Ese libro lo marcó y enfermó en la literatura para toda la vida, porque traía un glosario de palabras muy castellanas que se las aprendió y aumentó su lexicografía.

A sus 4 años de edad ya hablaba de alforja, inverosímil, significados que sus compañeritos de escuela no comprendían.

El año pasado para este medio también recordó, una de sus tantas historias increíbles, contadas en fábula, como desde 10 años devoraba los libros para luego convertirse en el ‘roedor’ de palabras, aquellas que se fueron quedando en su mente, formando un diccionario exquisito para su léxico.

“Pasaron los años y cursos y me leí otros libros de la literatura colombiana como La María, La Vorágine y otros libros de poesía que compraba mi hermano y a quien se los tomaba a escondidas porque él decía, tal vez, creía que no tenía la suficiente edad para leer libros de Vargas Vila” afirmó. Y aunque su hermano tendría razón, no le importó y siguió conociendo ese mundo de poetas, los que a sus 12 años, cuando estudiaba 5° de primaria ya les habría leído sus libros.

Pero, según contó, una vez llegado al bachillerato y al conocer sobre las técnicas de realización de sonetos, fábulas, redondilla, comenzó a enfocarse por esa ‘vía’, tanto que al gustar sus escritos, los compañeros de estudio les mandaban a realizar las tareas que él con gusto hacía, trabajos que eran retribuidos con parte de la merienda.

Este veterano de la literatura contó: “Me fui llenando de años y pasé de la lectura de novelas y poemas a leer libros de Psicología y Filosofía, todo esto lo hacía para entender la literatura bajo la perspectivas desde esos dos ámbitos, lo que me ha logrado entender más a mis semejantes”

Y pese a que sabía cuál era su gusto, removido tal vez por un capricho, estudió Ingeniería Civil, cambiando así de rumbo su trayecto de vida, sin embargo terminó académicamente la carrera pero no recibió el título por seguir en lo suyo: La literatura.

Fue así, como este hombre se convirtió en eterno enamorado de las letras, realizando talleres en universidades y escribiendo libros, de los cuales lleva cinco publicados basados en poemas y fábulas, los que reciben el nombre de: Partituras en Sepia para la Maga, 2003; Bitácora del Atisbador, 2006; Letanías del Convaleciente, 2010; Briznas de la nada umbría, 2013, ésta última obra pronto será lanzada al mercado nacional.

Un valor merecido pero negado
Pese a que los expertos de literatura de la región recalcan el gran valor literario, cultural y personal que tenía el poeta Luis Mizar Maestre, lastimosamente éste no fue reconocido, al menos en su momento.

Ledys Jiménez aseguró que “los entes gubernamentales no hicieron nada por proporcionarle una mejor calidad de vida a quien fuera un ejemplo de nuestra región, quien hizo aportes importantes sin esperar nada a cambio porque su nobleza de corazón y su espíritu libre nunca le permitieron lucrarse indebidamente de un talento que Dios le dio desde antes de nacer”.

¿Quién fue Luis Mizar Maestre?
Nació en Valledupar en 1962, donde vivió su niñez y adolescencia; adelantó estudios de Ingeniería Civil en la Universidad de Cartagena donde también fue coordinador de la revista “Candil” (1985-1995).

Según su amigo José Atuesta Mindiola, Luis Mizar García, -nativo de Saloa (Chimichagua)- su apellido inicial era Misath, pero cuando lo reclutaron para el servicio militar (1940), un oficial del Ejército lo registró como Mizar. Y así le expidieron la libreta militar, que fue el documento con que  tramitó la cédula.

Fue ganador de primeros puestos en diferentes festivales y concursos literarios de la región y en 1996 ocupó el primer lugar en el Concurso Nacional de Poesía ‘Carlos Castro Saavedra’ en Medellín.

Mizar fue un gran conferencista en toda la geografía colombiana y jurado en concursos de literatura de la región Caribe. Se desempeñó como docente de la cátedra de la Creación Literaria en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Popular del Cesar.

Homenajes
Los actos en conmemoración al poeta Luis Mizar Maestre se llevarán a cabo en la Universidad Popular del Cesar, sede Bellas Artes, donde los estudiantes le rendirán homenaje a través de actividades artísticas que resaltarán el valor agregado de este hombre que vio en la poesía una verdadera pasión.

El director de la Escuela de Bellas Artes, Efraín Quintero Molina, manifestó que el cuerpo del autor de ‘Tardes tristes con testigos’ estará en cámara ardiente en esta institución académica formadora de artistas, donde harán presencia los hacedores de arte de la región.

Durante la tarde de mañana y noche se realizarán lecturas de cada uno de los poemas de Mizar Maestre, por tal motivo familiares y amigos hacen una invitación a este homenaje para uno de los más grandes de la literatura en Colombia, a quienes despedirán para siempre este 27 de agosto una vez se cumpla sus honras fúnebres.

Briznas de la Nada Umbría, (poema)
Cicatriz Adelantada
“Un candil encendido en mis adentros le da advenimiento a la cicatriz que ha llegado primero al lozano cuerpo que la herida que habría de propinarme el futuro.
En el circo de mis afueras un domador devora a un tigre que habría de morir en un safari en el congo africano. En mis adentros, candiles encendidos.
En mis afueras, domadores hambrientos.
Eh ahí el peligro que abrocha el abrigo de mi noche”

“Mizar fue el mejor poeta que ha parido esta tierra”: Ledys Jiménez.

El poeta Mizar murió esperando que la Administración Municipal le cancelara la deuda a raíz de la consignación de varios ejemplares de su obra ´Briznas de la nada umbría’ a la Casa de la Cultura de Valledupar.

Por Merlin Duarte García/El Pilón
merlin.duarte@elpilon.com.co

 

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