Con profundo dolor registramos hoy la partida de nuestro amigo y colaborador, el docente Germán Piedrahita Rojas. Germán fue un profesor en todo el sentido de la palabra; lo suyo era la cultura bien fuera desde la cátedra, desde el periodismo escrito, desde la radio o desde las artes plásticas, la pintura y la cultura que cultivaba con arte y dominio. La cultura era su vida…
A pesar de haber nacido en las bellas tierras del Tolima, en Ibagué, considerada la capital musical de Colombia, Germán fue una persona que quiso a Valledupar, la capital mundial del vallenato, donde ejerció la cátedra, practicó la pintura y la escultura y enseñó de manera formal e informal lo que más le apasionaba la cultura, principalmente la historia del arte, pero la cultura con mayúscula, ya que disfrutaba de una buena novela, de la música clásica, de una exposición pictórica o fotográfica, y de un buen partido de futbol. Todo eso, junto, era su vida.
La misma vida que le brindó a Valledupar, defendiendo las causas de la cultura vallenata y regional, promoviendo las artes plásticas, o escribiendo en EL PILÓN, periódico que ayudó a fundar a Dickson Quiroz Torres, su amigo. O comentando sobre los mismos temas en la radio, medio en el cual se desenvolvía, también, con mucha propiedad.
Lamentamos la partida del amigo. Es una partida prematura ya que conocíamos de sus ganas de vivir; y consideramos que quizás fue víctima, al igual que muchos otros vallenatos, cesarenses y colombianos, del principal problema que tiene el sistema de salud del país: la indolencia. Si hubiera recibido una atención oportuna su evolución hubiera sido otra y su vida más larga y productiva, como lo fue hasta el último momento.
Entre las muchas cosas que extrañaremos de Germán está su sentido crítico e irreverente; era una persona con una amplia formación y por ello mismo defendía con vehemencia sus posiciones, algunas veces contrarias a las de la mayoría. Esa era una de sus grandes cualidades.
Y entre las causas populares que defendía extrañaremos también su sentido de la equidad, de la libertad y del progreso, y de la sostenibilidad del medio ambiente. En este aspecto era coherente, amigo de la bicicleta como medio de transporte que defendió hasta lo último.
Hoy le decimos adiós al amigo, al columnista al profesor, con dolor, pero también con rabia en el corazón, ya que estamos seguros que hubiera podido estar más con nosotros, para poder conocer sus nietos y seguirle aportando a Valledupar, ciudad a la que quiso con fuerza y sinceridad. Publicamos su última columna, en este diario y un pequeño perfil sobre su vida.
La Junta Directiva de Comunicaciones Integrales S.A., el Gerente, Jesús David Mejía, el Consejo Editorial, el Director, Carlos Alberto Maestre Maya, los periodistas, demás empleados y columnistas de este diario lamentamos el sensible fallecimiento de Germán y expresamos nuestras sentidas condolencias a su esposa, Silvia Betancur, “Yastao”, también colaboradora y amiga de esta casa editorial, a su hija Ángela, a los demás familiares y amigos. Paz en la tumba del Profesor Piedrahita. Paz en la última morada del amigo. Adiós Germán…