Uno de los mejores discursos de Álvaro Gómez Hurtado, en ejercicio de su vida política, fue el que pronunció el 27 de abril de 1995, en el Centro de Estudios Colombianos, seis meses antes del magnicidio del que fue víctima. En dicho discurso, el doctor Gómez Hurtado hizo un fuerte llamado de atención a los colombianos en el sentido de tomar conciencia y no seguir apoyando las prácticas perversas del clientelismo a través de lo que él denominaba ‘El régimen de los compromisos burocráticos y de la complicidad’ para mantenerse en el poder. Es increíble que 25 años después, estas palabras sigan teniendo vigencia en las costumbres politiqueras en algunos partidos políticos.
Esta semana, por ejemplo, los colombianos quedamos horrorizados con la propuesta de algunos congresistas del Partido de la U, de tramitar una reforma política exprés para disminuir el umbral para las listas al Congreso del 15 % al 10 %, para poder integrar una lista con congresistas del partido Conservador y Cambio Radical, con el fin de obtener curules con un número inferior de votos frente los que se requerirían si cada uno fuera por su lado.
Otro acontecimiento político que desdibujó el legado que dejó uno de los más grande estadistas de Colombia y de su partido, lo protagonizaron las directivas del partido Conservador en la casa de la excanciller Nohemí Sanín. En vez de anunciar un proceso interno de escogencia de su candidato a la Presidencia de la República, anunciaron la precandidatura presidencial de tres exministros con la intención de repetir vicepresidencia. Perdieron otra oportunidad de recuperar la vocación de poder y dejar ese síndrome de segundones al cual las directivas han sometido al partido desde hace muchos años atrás.
Si por las toldas de los conservadores llueve, por las del partido Liberal no escampa. La arrogancia y la soberbia de los herederos políticos de esa colectividad, fraccionados en los partidos Liberal, La U y Cambio Radical, olvidaron las tesis y los valores que promulgaron durante décadas Alberto Lleras Camargo, Alfonso López Pumarejo, Carlos Lleras Restrepo y Luis Carlos Galán, para arrimarse al árbol del poder que más sombra les dé sin importar si las ramas están podridas.
En el Centro Democrático, la gente ve que las adhesiones son convicción, ideas y programas de gobierno de impacto social y económico. En el partido de centro derecha, por ejemplo, los acuerdos con otros partidos políticos obedecen a un compromiso programático basado en los tres pilares que fijó el expresidente Uribe desde la creación de ese partido político: i) seguridad desde la democracia; ii) la confianza inversionista desde la responsabilidad social y iii) la cohesión social desde las libertades.
En los partidos de ideologías de izquierda, como la Colombia Humana, Polo Democrático y la Alianza Verde, están identificados con una ideas y programas enfocados con el acuerdo de paz con las Farc, el foro de Sao Paulo, la alianza global verde, la defensa de la comunidad LGBTI y del aborto, imposición de altos impuestos a sectores empresariales productivos y otros temas de carácter sociales.
Como dijo Álvaro Gómez, la política tiene un mal aspecto y necesita limpiarse a través de un acuerdo sobre lo fundamental.