El departamento del Cesar es reconocido por su producción ganadera y agrícola. Grandes extensiones de tierras son utilizadas para tales fines, sin embargo, esta explotación de los suelos ha conllevado a que se sufra de desertificación y desertización de los mismos.
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Para ahondar en el tema es importante definir qué es la desertificación, la cual es la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultante de diversos factores, tales como las variaciones climáticas y las actividades antrópicas, es decir, las desarrolladas por el hombre.
Mientras que la desertización obedece a los procesos de deterioro que van sufriendo los suelos producto de su evolución natural. De estos dos procesos, el que más acentúa en el departamento es la desertificación por la intervención del hombre.
De acuerdo con un proyecto para la recuperación del suelo en el Cesar, realizado por la Corporación Autónoma del Cesar, Corpocesar, en 2016 con proyección hasta el 2019, la problemática en parte se debe al crecimiento desbordado de áreas para pastos, cultivos y asentamientos humanos, así como por la disminución sensible de los bosques y matorrales, aumento de la actividad agropecuaria de manera significativa, las quemas indiscriminadas, la ganadería y la concentración de poblaciones en las cercanías a estas áreas naturales.
Asimismo, el Plan Regional de Acción, PARA, para la lucha contra la desertificación y manejo de ecosistemas de zonas secas en la cuenca del río Cesar realizado por el IDEAM y Corpocesar, determinó que en el departamento del Cesar se tienen aproximadamente 950 mil hectáreas pertenecientes a zonas secas, de las cuales 650 mil hectáreas se encuentran afectadas por los procesos de la desertificación y la sequía en los diferentes grados, donde el municipio de Valledupar es uno de los más afectados, principalmente en las cuencas Garupal y Diluvio.
“Las malas prácticas de producción agropecuaria, el cambio de modelo socioeconómico del departamento del Cesar de la agricultura hacia la minería y la prevención ineficaz de la desertificación se contempla como las causas principales del problema actual“, refiere el informe de Corpocesar.
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Igualmente la Corporación para ese entonces destacó que el 69 % de los suelos del departamento padece de degradación y desertificación. De acuerdo con el estudio realizado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi se concentra con mayor intensidad en el valle del río Cesar y en los municipios de La Jagua de Ibirico, Agustín Codazzi, Becerril, Bosconia, Chiriguaná, El Copey y El Paso.
El especialista en gestión ambiental, Hernán Maestre, consideró que esta situación en el Cesar va desde el nivel 1 al 3 debido en gran parte por los cultivos y los árboles de cedros que fueron talados para sembrar algodón, quedando los suelos descubiertos sin poderse recuperar luego de la bonanza algodonera en la década de los 60 y 70 en el municipio de Codazzi, que es uno de los más afectados.
“Esto es la introducción del desierto porque por lo general tumban todos los árboles, dejando los suelos para únicamente hacer pasto. Se ha descubierto que se debe hacer la cría de ganado silvopastoril; es decir, que dejen el pasto, y que le siembren árboles para que se puedan erosionar mejor los suelos, ya que en las épocas de lluvia las aguas arrastran toda la capa vegetal, los suelos se van erosionando y se acaba la capa fértil que las protege”, destacó Maestre.
Asimismo refirió que en Codazzi estos suelos no se han podido recuperar luego de 40 años porque recibieron gran uso de abonos y químicos quedando esterilizados.
“También en este departamento han talado mucho bosque seco tropical para hacer potreros; ese tipo de suelo en Colombia solo existe un 8 % y ha sido el más afectado a pesar de tener la particularidad de producir más oxígeno y el que absorbe más carbono. Esta problemática debería ser una de las políticas a seguir para recuperar parte de estos suelos afectados“, destacó el especialista en gestión ambiental.
Al respecto de las afectaciones por la ganadería indicó que esta tiene una condición de ser un gran productor de contaminación del medio ambiente porque el estiércol del ganado contiene mucho PH4 que es el gas metano y dura más tiempo en deteriorarse por encima del gas carbónico.
“Utilizan zonas cercanas a quebradas para este tipo de prácticas que no es para ganadería, el ganado produce carcamas que son caminos en el suelo quebrado y se va erosionando debido a que en las corrientes de agua lluvia van arrastrando todo ese material y erosionando suelos que no deben ser usados para las crías de animales o para hacer cultivos indebidos. Hay partes en las que siembran a favor de la montaña o de la quebrada y eso no se debe realizar“, puntualizó Maestre.
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Subrayó que otras de las debilidades que tienen estos suelos es que están salinizados y salitrizados porque han cambiado su pH y no producen nada.
SISTEMAS AGROFORESTALES
El secretario de Ambiente del Cesar, Andrés Felipe Meza, sostuvo que más del 45 % de los suelos se encuentran en proceso de desertificación, por tanto necesitan actividades de rehabilitación.
“Estamos propendiendo al desarrollo de sistemas agroforestales para rehabilitar suelos y esto va de la mano con garantizar la presencia del recurso hídrico en gran parte del departamento“, dijo el funcionario.
Destacó que la problemática es en todo el municipio, pero principalmente en la zona del centro y norte del Cesar, así como en el sector minero. “Evidentemente ya que la actividad minera ha acelerado esta situación“, subrayó Meza.
PROBLEMA DE CARÁCTER GLOBAL
La desertización fue el primer problema ambiental en ser considerado de carácter global. Su reconocimiento quedó formalizado en la Conferencia sobre Desertización de las Naciones Unidas, celebrada en Nairobi en 1977. Desde entonces, se ha puesto en manos del Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas como un intento global de combatir el problema.
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Algunas de las medidas para la solución son prácticas agrícolas sostenibles como conservación de la biodiversidad en la agricultura en contra de los monocultivos, paralizar las siembras por un período prolongado, plantación de cultivos más adaptados a las condiciones locales, sin dejar a un lado la reforestación.
POR MILAGRO SÁNCHEZ FLÓREZ/ EL PILÓN.