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Academia de Historia del Cesar: ¿la van a dejar morir?

Es inaudito que el centro donde se guarda gran parte de la memoria histórica de Valledupar y el Cesar esté en agonía, en estado comatoso, por la indiferencia de los gobiernos municipal y departamental, que no han valorado esta iniciativa suficientemente, la cual ha sido liderada desde la sociedad civil con el propósito de recuperar y mantener la memoria colectiva del departamento.

 

La Academia de Historia del Cesar durante los años que lleva activa ha sobrevivido con el poco apoyo que recibe y hoy se debate entre la desidia y el abandono, a punto que los comejenes pueden hacer ‘fiesta’ con los tesoros invaluables que allí reposan, como archivos notariales, memorias de la historia de Valledupar, libros donde se encuentran registradas compras y ventas de esclavos, escrituras de casas y todo tipo de negocio realizados entre 1727 y 1980.

 

Ha faltado mayor interés de las oficinas de Cultura del municipio de Valledupar y de la Gobernación del Cesar, para las que parece que la cultura sólo se remite al acordeón, la caja y la guacharaca, sin demeritar, claro está, el folclor vallenato como símbolo cultural de esta región. Pero es evidente que el presupuesto lo direccionan más a jornadas folclóricas que a mantener un sitio tan importante que guarda y seguirá guardando, si el comején y la indiferencia se acaban, la historia del Cesar.

 

Es lamentable que no se estimule desde las Secretarías de Educación Municipal y Departamental, junto con las oficinas de Cultura, sentido de pertenencia de docentes, estudiantes y padres de familia, por este sitio; quedó demostrado en un sondeo realizado por El Pilón, que los vallenatos desconocen la existencia de la Academia de Historia. Qué bueno sería que obligatoriamente todos los estudiantes de colegios públicos y privados visitaran este lugar, convirtiéndola en fuente de consulta permanente, y entre todos, sector público y privado, velarán por la conservación de este centro cultural. Aunque existe un grupo de personas que de manera altruista la apoya y conforman su Comité Directivo, es bueno que las nuevas generaciones se vayan apropiando de ésta y con sus ideas renovadoras sumadas a la experiencia y conocimiento de los que ya están, saquen adelante a la Academia.

 

En Colombia existen ejemplos positivos de academias de historia, comenzando por la Academia Colombiana de Historia, creada el 9 de mayo de 1902, por el Ministerio de Educación Nacional, entonces Ministerio de Instrucción Pública, la que desde su fundación, y en forma continua, ha actuado como un órgano consultivo del Gobierno Nacional, velando siempre por la conservación del patrimonio cultural y teniendo como principal objetivo el estudio cuidadoso y el análisis de la historia de Colombia, desde los tiempos prehispánicos hasta el presente. Además, de las academias de historia de Cundinamarca, Ocaña, Santander, Palmira, Cauca, Valle del Cauca y Caquetá, que se mantienen firmes con el apoyo de la institucionalidad.

 

La transformación comienza valorando lo que tenemos, y sólo estaremos a salvo cuando se apoye y fortalezca con recursos, activos como la Academia de Historia.

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