Dificultad para transportar los productos de pan coger, que cosechan de sus cultivos los campesinos que se encuentran en la vereda La Guitarra, es solo una de las problemáticas que viven a raíz de las condiciones que presentan actualmente las vías hacia este territorio.
“Las vías tienen unos siete años que no le hacen mantenimiento, ahora se han triplicado los precios para los insumos para sacar los productos”, explicó José Zapata, líder de la Asociación de Pequeños Productores y quien que representa a esta población.
De acuerdo con Zapata, este factor ha provocado más afectaciones a una comunidad que ya sufre por las necesidades que tiene.
Se trata de aproximadamente 70 familias que componen la vereda más poblada del corregimiento de Aguas Blancas y quien han sido víctimas del conflicto armado, quienes ahora tratan de superar esa situación y salir adelante con sus actividades basadas en la agricultura y la ganadería, para lo cual requieren especialmente la adecuación de las vías de acceso.
Otro factor agravante de esta problemática es que en el mismo camino, que requiere una adecuación de las vías terciarias, hay un caño que se crece cuando se presentan lluvias y se complica mucho más el tránsito que generalmente resulta complicado para los vehículos.
Frente a esta situación, María José Páez, coordinadora de la Oficina Departamental de Gestión del Riesgo, ya adelantaron la respectiva visita a la zona y está incluido dentro del plan de acción de la administración departamental la intervención de estas vías.
De igual modo un panorama similar atraviesan las comunidades de las veredas Matecaña y el Mangón cerca de Mariangola, que tiene 18 kilómetros de los cuales 10 se encuentran en muy mal estado.
En estas dos últimas los campesinos se ven incluso en la obligación de transportarse a lomo de mula debido a las deficientes condiciones de las vías. Esto incide directamente en la actividad comercial de estas comunidades que ve grandes pérdidas dada la dificultad para movilizar sus productos.