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A votar por el SI en el plebiscito

El pasado lunes, después de más de ocho horas continuas de análisis meticuloso, la Corte Constitucional, con siete votos a favor y dos en contra, decidió que el Presidente de la República,  Juan Manuel Santos Calderón, puede convocar a un plebiscito, para que la ciudadanía colombiana refrende o vete el acuerdo de paz que el Presidente suscriba con el comandante superior de las Farc.

Sobre este fallo, sobra decir que es compatible con la Constitución Política Nacional, como siempre lo han  previsto y dispuesto los excelentes juristas que han conformado  la Corte Constitucional, porque a través del plebiscito, iniciativa del presidente Santos aprobada por el Congreso, el pueblo en última instancia es quien aprueba o desaprueba el acuerdo de paz negociado entre los emisarios del gobierno y de las Farc.

En vista que el dictamen de la Corte Constitucional, en el plebiscito solo ha dejado las opciones del SI o el No, la brega para obtener el 13% del censo electoral es bien difícil, ya que fue excluido el voto en blanco y que, sin duda alguna, el abstencionismo será mayúsculo, debido a que no se dispondrá de dinero para la compra de votos, ni para transportar a los votantes a los sitios de comicios, tampoco para repartir viandas a quienes sufragan, en fin, será un voto de conciencia y este es escaso en Colombia.

Si gana el SI, sería un testimonio irrefutable de que los colombianos anhelamos la esperanza de llegar a convivir en paz, para lo cual es necesario votar en procura de elegir como funcionarios a personas capacitadas comprometidas en erradicar las desigualdades y la corrupción, que son las causas principales de la mayoría de los males que actualmente sufrimos, entre ellos tenemos el servicio de salud, cuya buena atención es privilegio de los ricos.

Propender por la distribución de la riqueza a todos no es tener ideología comunista, sino la búsqueda de justicia social, ya que así toda la gente logra vivir en mejores condiciones, con saneamiento básico y ambiente apropiado, educación de calidad, óptima atención de los enfermos, infraestructuras viales cómodas y seguras, espacios para sana diversión con acceso universal sin ninguna discriminación ni sometimiento de los más débiles, que es una práctica muy común en nuestro país.

No es idealismo, sino posible realidad, pero en caso de que el acuerdo de paz con las Farc se defina favorable. Porque su refrendación en el plebiscito avalado por la Corte Constitucional, sería un gran paso para componer el país que esta organización guerrillera, desde hace 60 años, cometiendo todos los tipos de delitos lo ha puesto con las patas arriba.

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Jose_Romero_Churio: