LA OPINIÓN DE ACORD CESAR
Por: Yimmy Nuñez
Las escenas que observamos en los medios de comunicación de jóvenes entrando a la cancha del estadio de Pereira y otros generando desordenes en los alrededores del estadio de Ibagué, nos deben alertar para evitar que esos hechos se repliquen en nuestra ciudad, sobre todo cuando somos tan dados a copiar todo lo malo que vemos en otros lados del país y el mundo.
En Valledupar ya existe un pequeño reducto que llega al estadio pendiente de enfrentarse con las barras contrarias que a disfrutar del espectáculo deportivo que se presenta en la cancha.
Y es que definitivamente quienes propician estos desordenes en los estadios, la mayoría, por no de decir que todos, son menores de edad, con desorden en su comportamiento, alejados de cualquier capacidad para discernir y tolerar.
A las autoridades les pedimos desde esta tribuna que comiencen a conocer e identificar a los integrantes de estas mal llamadas barras en Valledupar, para que cuando se determine su responsabilidad en hechos de vandalismos no se les permita más el ingreso al escenario deportivo, tomando los correctivos judiciales que correspondan para que se conviertan en elementos que disuadan a los violentos.
No podemos permitir que estos incipientes grupos violentos crezcan en Valledupar, ya hay antecedentes que hasta el momento no son tan graves, pero que si los dejamos crecer se van a salir de las manos y llegarán a estos hechos peores como los vistos en otros estadios del país.
En el primer partido de este año con el Deportivo Pereira, se alteró la tranquilidad con el enfrentamiento de los vándalos que llegaron a apoyar a los visitantes y los nuestros que estuvieron atentos a responder las agresiones o a veces a provocarlas, en un afán desmedido y malévolo de hacerle daño al otro.
Pero el llamado central es para los padres de familia, quienes deben responder por la conducta violenta de sus hijos, muchos de ellos afectados por la falta de control y hasta por el consumo de alucinógenos.
La Personería hace dos años realizó un trabajo de acercamiento y organización de estos jóvenes, pero parece que esos primeros esfuerzos no se multiplicaron y ese incipiente proceso se quedó en el tiempo y en la nada.
Hay que ponerle orden a esto, estamos a tiempo, todos debemos contribuir para controlar y mejorar el tema, sobre todo cuando contamos con uno de los equipos más jóvenes en el torneo, que quiere proyectarse hasta estar entre los mejores del país, que seamos ejemplo hasta en las barras que lo acompañan a los diferentes escenarios del país.