Más de un año ha pasado desde que el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural emitió el concepto favorable sobre la inclusión del Sistema de Conocimiento Ancestral de los pueblos kogui, wiwa, arhuaco y kankuamo de la Sierra Nevada de Santa Marta en la Lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación. Y solo hasta el pasado 22 de diciembre, el Ministerio de Cultura emitió la resolución 3760, por la cual se hace la inclusión y aprueba su Plan Especial de Salvaguardia.
Casi cinco meses después, el sábado anterior, el Grupo de Patrimonio del Ministerio hizo el acto protocolario de entrega de la resolución a los mamos y otras autoridades indígenas. Si llegó tarde o temprano la medida que busca preservar manifestaciones culturales y conocimientos ancestrales de los pueblos indígenas, no es esa la discusión; lo importante es que los gobiernos locales, regional y nacional trabajen de la mano con las autoridades indígenas para darle cumplimiento. Al final de cuentas, los pueblos nativos de la Sierra Nevada en esencia viven para la preservación del aire, biodiversidad y agua que brinda este tesoro natural del que todos nos beneficiamos.
El Sistema de Conocimiento Ancestral se refiere al conjunto de reglas, pautas y normas de cuidado para el mantenimiento original del mundo; busca reconocer, proteger y salvaguardar una realidad de orden intangible que desde su origen trasciende la dimensión espiritual del pensamiento individual y colectivo de los cuatro pueblos originarios, quienes mediante sus tradiciones orales, sus usos y costumbres, bailes, rondas, melodías, cantos y pagamentos a la Madre Naturaleza, entre otras prácticas, garantizan de generación en generación que la permanencia del conocimiento se mantenga a través del tiempo.
Al estar en Lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, requiere de una atención especial del Estado. Esperamos que se valore el amplio debate entre los representantes wiwas, koguis, arhuacos y kankuamos, para que se preserven los conocimientos ancestrales, como el ejercicio del gobierno propio y etnoeducación, entre otros.
Consideramos que esta resolución no debe quedar en letra muerta y para ello urge la necesidad de que este instrumento se articule con las entidades políticas del Estado, tanto el ámbito local como nacional.
Durante la minga de los arhuacos realizada el año pasado, el gobernador del Cesar, Francisco Ovalle Angarita, anunció que convocaría a los mandatarios de Magdalena y La Guajira para promover un encuentro regional que involucre a los tres gobernadores y a los 17 alcaldes que tienen incidencia en la Sierra Nevada de Santa Marta, con el propósito de trabajar en un solo equipo por la salvaguarda de este macizo en el cual nacen 35 ríos. Qué bueno sería que se cumpla este anuncio del señor gobernador.
Pero aquí también hay responsabilidades que deben asumir los indígenas, con el buen ejercicio de gobierno propio y como portadores de conocimiento que debe transmitirse a las nuevas generaciones. Además hacemos una invitación a la sociedad civil para que se entienda el alcance de esta medida y que no haya estigmatizaciones con los pueblos de la Sierra Nevada, como ha ocurrido en el pasado.