El próximo domingo es crucial para la democracia colombiana; ese día se producirá la elección de los nuevos alcaldes, gobernadores, concejales, diputados y ediles, quienes tendrán una gran trascendencia en la vida política, económica y social para los habitantes de todos los departamentos y municipios.
Atrás han quedado ya las manifestaciones, las reuniones, alianzas y acuerdos políticos entre los distintos candidatos de los diversos partidos y movimientos políticos que compiten por ganarse el apoyo popular mediante el voto.
En el caso de la campaña por la alcaldía de Valledupar y la Gobernación del Cesar la presente jornada ha contado con algunas particularidades que nos parece importante comentar. La primera de ellas es que la campaña contó con la realización de una serie de debates, organizados por distintas instituciones entre ellas la Cámara de Comercio y el Círculo de Periodistas de Valledupar, como también por las universidades, apoyados en su gran mayoría por los distintos medios de comunicación, entre ellos el diario EL PILÓN, debates que han facilitado, de una u otra manera, que los ciudadanos conozcan las distintas propuestas de quienes aspiran a remplazar a Luis Fabián Fernández Maestre y a Cristian Moreno Panezo, respectivamente.
También los candidatos a las alcaldías de otros municipios del departamento han participado en eventos organizados, igualmente, por el CPV y las empresas mineras, en particular la Drummond, con el fin de contribuir al debate democrático y al fomento de la participación ciudadana.
Otra particularidad que deseamos comentar es la relativa paz con la cual se ha desarrollado la contienda, a pesar de algunos hechos bochornosos y las agresiones verbales entre algunas campañas, pero que, afortunadamente, no han pasado más allá del apasionamiento y del lenguaje desmedido. No tenemos una información completa y confiable de cómo ha transcurrido la campaña en el resto del departamento, en este sentido; pero, hasta donde tenemos información, no se han presentado casos graves de amenazas y agresiones físicas contra los candidatos, afortunadamente. Esperamos que así transcurra en esta recta final de la campaña, en relativa paz y tranquilidad.
Desde el lunes de esta semana, vivimos un periodo de reflexión, propiciado por las mismas normas electorales que prohíben la realización de manifestaciones públicas y masivas, como también la publicación de encuestas y otras restricciones en materia de publicidad, encaminadas esas disposiciones a que el elector, el ciudadano común y corriente, tenga una pausa, una calma para pensar su voto.
Ese periodo se ha establecido para que la ciudadanía pueda, insistimos, reflexionar y meditar su voto, evaluando las hojas de vida, las propuestas y programas de todos y cada uno de los candidatos; observar también a quienes lo rodean y elegir a quien considere que mejor puede regir los destinos de su municipio y su departamento; como también de quienes tienen la gran función de coadministrar y controlar a los alcaldes y gobernadores, como son los concejales y diputados, respectivamente.
No se trata de votar por votar, no; se trata de pensar, detenidamente, que esa persona, en el caso de los alcaldes y el gobernador, y esas personas, en el caso de los cuerpos colegiados, tendrán una gran trascendencia en nuestras vidas en los próximos cuatro años, y de allí la gran importancia y responsabilidad de elegir personas honestas, serias, responsables, transparentes, con la suficiente preparación e idoneidad para los cargos que están en juego.
Igualmente, está la opción del voto en blanco, que ahora tiene unas nuevas connotaciones en el sistema político colombiano; sería un voto de protesta frente a los candidatos en contienda y una señal de inconformidad con la actual clase dirigente. Aprovechemos pues, debidamente, esta semana de reflexión, reiteramos, para pensar bien el voto, y ejercer ese derecho y ese deber de manera libre y a conciencia. *
*Este editorial había sido publicado el lunes 24 de octubre.