La Selección Colombia de fútbol se ganó la lotería sin comprarla. El hecho de que la Conmebol tenga 4 cupos directos al Mundial de Qatar y que el quinto equipo de la tabla pueda pelear en el repechaje, hacen casi imposible que no vayamos al evento futbolístico más importante del planeta. Pero…
La Federación Colombiana de Fútbol está gobernada, desde hace tiempo, por un grupo de directivos corruptos, que se atornillan a sus cargos. Pero además son constantes los escándalos en los que se ven involucrados y parecen disfrutar de una posición en la que no le rinden cuentas sino a la FIFA, organización igual de corrupta a la Federación. En Colombia no responden por nada, no le dan la cara a un país que adora a la Selección, que la apoya irrestrictamente y que paga precios altísimos por ir a verla al Metropolitano.
Esos directivos solo responden cuando ha sido la justicia internacional la que los ha requerido. De hecho Luis Bedoya sigue preso en Estados Unidos. De resto no les pasa nada. Inclusive, a mediados del año pasado la Superintendencia de Industria y Comercio le impuso una multa a la Federación por algo más de $16.000 millones. Tanto Bedoya (expresidente de la FedeFútbol), como Ramón Jesurún (actual presidente) y Álvaro González (actual vicepresidente), entre otros empleados de la Federación, fueron encontrados responsables por cometer actos ilegales para adjudicar los contratos relacionados con la venta de boletas para las Eliminatorias de Rusia 2018. Jesurún y González siguen sentados en sus cargos, viajando en primera clase, viaticando y cobrando; y la Federación multada por su gestión y ellos felices.
Para colmo de males y fomentando las roscas futbolísticas que por décadas han gobernado a las selecciones en todas sus categorías, contratan a un técnico colombiano: Reinado Rueda. Técnico que trabajaba en Chile, era su seleccionador nacional de mayores, y sin importar que esa Federación hace parte de le Conmebol, los directivos de la Federación no tuvieron problema en contactar a Rueda, traerlo y afectar el proceso de su similar chilena. El colmo. Esas cosas no se hacen, menos con Federaciones amigas, cercanas, de la misma región. Afectamos ese proceso, y con la misma falta de escrúpulos con la que se adjudicaron las boletas causantes de la multa se contrató a Rueda.
Ahora hablemos de Reinaldo. Fatal lo que hace. Fatal su escogencia de jugadores y fatal verlo dirigir en la zona técnica. Con su característico ceño fruncido se le ve incómodo, sin saber qué hacer; todo eso producto de su incompetencia. Apuesta por jugadores que como Andrade y Mejía poco pueden aportar; insiste en alinear a Tesillo, que no da pie con bola, pero sobre quien Rueda dice “es un jugador supremamente importante”; será importante para él. Tesillo es un peligro en el área, de 10 balones entrega mal 9, se ve sin distancia, frena al equipo pero Rueda lo tiene de titular. Convoca, tal vez por presión de los medios y del país futbolero, a jóvenes como Andrés Llinás y Andrés Román, que son promesas del fútbol colombiano y no los pone a jugar, se burla de ellos. Pero insiste con Mejía. Las mismas roscas de los dirigentes pero en la selección de mayores.
Y ni qué decir de los resultados obtenidos en la última triple fecha. En la eliminatoria anterior ganamos tanto en Bolivia como en Paraguay. Aquí apenas trajimos un punto de cada plaza. Nadie dice que jugar en La Paz, con su altura, sea fácil. Nadie dice que jugar en Defensores del Chaco sea sencillo, la presión es fuerte, como la de una olla express; pero de allá nos trajimos los 6 puntos, ahora 2.
Pobre el balance de Rueda y del juego de la tricolor. Y en Barranquilla frente a Chile, el mismo equipo al que en mal momento le quitamos al director técnico, jugamos 30 minutos sensacionales en el primer tiempo. Después fue el equipo que venimos viendo: sin alma, sin fuerza, sin ganas. Vimos otra vez fallar a jugadores que ganan millones de euros en sus clubes y no rinden en la Selección.
En resumen, nuestro fútbol está gravemente herido: faltan directivos decentes, un buen técnico extranjero que no fomente las roscas y unos futbolistas que quieran esa camiseta como si fuera la más importante, la que todos quieren lucir, la única.
Iremos al mundial de Qatar gracias a que nuestra hinchada lo merece y a que existen Perú, Venezuela, Bolivia Paraguay y Chile. Colombia se ganó la lotería sin haber comprado el billete.