POR: CIRO A. QUIROZ O.*
Especial para EL PILÓN.
Con sobrada razón el Rector MOISSES WASSERMAN LERNER, ha sido reconocido líder de la instrucción pública en nuestro país con nueve colombianos más. Resulta oportuna esta mención en un país que se caracterizó por defender la oportunidad y posibilidad educativa para que cualquier persona pueda acceder a la gratuidad del conocimiento, como derecho inherente a la personalidad humana y al consecuente mejoramiento de una calidad de vida.
Recuerdo cuando en un coctel, sin conocerlo, aborde al rector MOISSES WASSERMAN y al instante detecte su capacidad para percibir y reflexionar sobre ideas llevadas a sus oídos. Así se incubó la tarea de llevar a la Costa Caribe, especialmente a Valledupar, una sede de nuestra Universidad Nacional de Colombia, después de trascurridos ciento cincuenta años de su fundación.
Se contacto al Gobernador Cristian Moreno Paneso, quien brindó su concurso para el proyecto que hoy aunque con algunos tropiezos sigue su orientación académica y arquitectónica, en una superficie de cincuenta hectáreas riberanas al rio Cesar, ubicadas entre la Paz y Valledupar. Allí se construirá la sede con alamedas que hemos imaginado hacía uno y otro costado. La región tendrá su ciudad universitaria con su polideportivo, comedores, bibliotecas, aulas electrónicas, salas múltiples decoradas con ojo de agua, similar -y posiblemente mejor – a la sede de Arauca, es decir, tendrá su campus, todo alistado como lo requiere el modernismo académico técnico – científico que caracteriza a nuestra alma mater, acreditada como la mejor de Colombia con su destacado sitial en América Latina.
Si el gobierno quiere expandir la oferta de cupos, será esta la oportunidad para estimular una de sus mejores universidades estatales sin ánimo de lucro, sustraída a los propósitos de los mercaderes de la educación.
No todo ha sido fácil, políticos obstinados han querido torpedear el proyecto pretextando que la universidad se “tragará” a la universidad Popular del Cesar. Imposible, puesto que cada una es autónoma, solo que la universidad Nacional de Colombia obedece al postulado de la descentralización especializada por servicios, aplicable a todo el territorio nacional. Facultada para extender sus tentáculos hasta los linderos más próximos a las fronteras patria, obligada además a colaborar con sus homologas regionales y públicas.
Dentro de su misión, es la mejor oportunidad para la provincia caribeña dado su carácter de laboratorio experimental, investigativo y de conocimiento, lejana a todo fraude intelectual con ética propia y valores históricos bien consolidados. Mas aún, si tenemos en cuenta que esta universidad por derecho propio hace parte de las directivas político – científicas, en casi todos los institutos especializados del estado. Entre estas el carbón.
Una estricta selección de su elemento humano dirigida a la potencialidad de la comunidad en lo administrativo, profesoral, y alta selección de sus alumnos, brinda a través de sus egresados la mejor muestra para inspirar a otras universidades para competir con el necesario beneficio para la comunidad receptora de su función gratuita en razón de sus principios y enseñanzas, cada vez más globalizados.
He tenido el honor, sin más interés, qué el proyecto se perfeccione, de representar al gobierno departamental en el Comité programático y también a la universidad con ese mismo rango, por eso conozco el proyecto.
Habiéndome enterado que en dos ocasiones ánimos perversos, habían destruido la valla simbólica ubicada en el terreno donde será edificada la seccional universitaria, que se anuncia filosóficamente: “Aquí se construirá el saber”. Los habitantes de la región al colocarla nuevamente la complementan de la siguiente forma: “Universidad Nacional de Colombia, aquí se construirá el saber, cueste lo que cueste”. No se trata de un reto soberbio de los vecinos de la Paz; no, paciente lector, simplemente la región tiene entre sus hijos muchos egresados de nuestra alma mater, que saben lo que significa y responsabiliza la calidad de exalumno y conocen mucho más del papel trasformador que traerá la Universidad Nacional para el Cesar y la Guajira, y para el resto del Caribe, a donde llegará con todas sus calidades por primera vez después de ciento cincuenta años.