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A pesar de todo, se sostiene la ganadería del Cesar

El reciente informe elaborado por el Centro de Estudios Socioeconómicos y Regionales, CESORE, indica que la actividad ganadera del Cesar ha logrado cierta proyección de crecimiento desde el año 2018 hasta 2024.

A pesar de todas las circunstancias adversas de este sector, expuestas en un anterior editorial nuestro, este informe nos permite mirar la ganadería del Cesar con algún grado de optimismo. “Por lo menos se mantiene”, dice Fernando Herrera Araújo, director del CESORE.

Las cifras del informe de CESORE señalan que en el 2018 el Cesar contaba con 1.42 millones de bovinos. A lo largo de los años, se observó una tendencia ascendente con algunas fluctuaciones menores. En 2019 el inventario aumentó a 1.48 millones de cabezas, lo que sugiere una recuperación o expansión en las actividades ganaderas. Sin embargo, en 2020 hubo una ligera disminución a 1.44 millones. A partir de 2021 el número de bovinos volvió a aumentar, alcanzando 1.53 millones de animales, reflejando una recuperación gracias a la flexibilización de las restricciones y a la implementación de estrategias de mitigación por parte de los ganaderos. Esta tendencia positiva continuó en 2022 creciendo a 1.6 millones de bovinos. Para 2023 el inventario llegó a 1.68 millones, indicando un crecimiento robusto en la industria ganadera del departamento. Se proyecta que en 2024 el inventario se estabilice en 1.69 millones de bovinos.

En tal sentido, esas cifras nos envían un mensaje esperanzador, pero hay que seguir persistiendo con estrategias que permitan el fortalecimiento del sector ganadero. Al respecto son muchas las recomendaciones del CESORE para que la ganadería del Cesar vuelva a ser unos de los renglones productivos más fuertes de la región.

El CESORE propone cinco proyectos principales, sin desconocer que puedan existir otros de igual importancia. Estas cinco iniciativas son: 1) Programa masivo para producción de agua para riego, vía pozos profundos, cosechas de agua, canalización de corrientes o minidistritos de riego; 2) Implementación de tecnologías para producción de carne y leche bajo sistemas ganaderos sostenibles; 3) Industrialización de la carne a través de la construcción o mejoramiento de un frigorífico y de la producción de productos cárnicos de mayor valor (está en estudio el proyecto del matadero de Bosconia o revisar el ya existente en La Jagua de Ibirico); 4) Programa educativo en investigación, innovación y asistencia técnica para ganadería de carne y su industria por parte de un aliado internacional; y 5) Mejoramiento de vías terciarias en los trayectos de las rutas lecheras.

Compartimos las conclusiones del CESORE porque también somos partidarios que la ganadería en el Cesar, si bien muestra un crecimiento constante, esta enfrenta muchos factores adversos en términos de eficiencia y acceso a servicios financieros y técnicos, además de la afectación del abigeato. Todo ello obliga a fomentar la organización y colaboración entre los ganaderos para compartir conocimientos y recursos, lo mismo que mejorar la eficiencia en la producción y gestión de sus predios con diversas alianzas, en especial aquellos pequeños ganaderos.

Categories: Editorial
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