El temblor ocurrido el viernes en la tarde, que generó pánico entre los habitantes de Valledupar, prendió toda clase de alarmas. Los mensajes en redes sociales dejaron ver que la población no está preparada para este tipo de fenómenos naturales, al reportar las experiencias de miles de personas desde el lugar en que se encontraban, especialmente donde a esa hora había concentración de público, caso clínicas, hospitales, iglesias, centros comerciales, universidades, entre otros.
Del movimiento que se dio en las redes sociales, se puede concluir que quedó una gran pregunta: ¿Está Valledupar preparada para temblores de mayor escala que el ocurrido? ¿Han sido suficientes los simulacros de evacuación realizados en la ciudad en entidades e instituciones representativas?
El 23 de octubre de 2013, Valledupar participó en el tercer simulacro nacional de evacuación por sismo, pero con un enfoque más de precaución en el entendido de que el Cesar no está en una zona de riesgo sísmico, concepto que se debe repensar y reenfocar las acciones tendientes a preparar a la población para emergencias.
Las personas que sintieron el temblor en edificios, los estudiantes que a esa hora estaban en clases en las universidades que son edificaciones de varios pisos, caso UPC, Udes y Área Andina, saben que a pesar de los simulacros son una cosa y la realidad otra. Hubo confusión, aturdimiento, miedo y pánico, que creó caos en algunos puntos.
Las oficinas de Gestión de Riesgos tanto la Departamental como las municipales, deben revisar sus planes de trabajo y darle prioridad a este tema, especialmente cuando en estos primeros meses de 2014, van tres temblores, dos de baja intensidad y este último de mayor grado.
Los expertos en construcción consideran que Valledupar no está preparado para un sismo de gran intensidad, debido a que la ciudad cuenta con edificaciones viejas que no han sido sometidas a las adecuaciones que ordenan las nuevas normas de sismorresistencia -la vigente es la NSR 2010-. Incluso en el último mes el Ministerio de Salud recordó este requerimiento por medio de circular a los hospitales, clínicas y colegios del Cesar, teniendo en cuenta que en estos sitios siempre hay confluencia de público.
EL PILÓN conoció que este es una obligación que está pendiente desde hace tiempo y a la fecha las instituciones han hecho omiso.
También aseguran que los nuevos barrios, urbanizaciones, incluso los edificios que hoy construyen firmas privadas en la ciudad, si están preparados porque atienden dichas normas (no se espera otra cosa), pero los que definitivamente no resistirían un sismo de mayor magnitud son los barrios populares de la ciudad, cuyas casas fueron construidas sin cumplir ninguna norma, de manera rudimentaria, sin la orientación de un experto.
Esto sucede incluso hoy y se puede confirmar con un recorrido por sectores de estrato uno y dos, donde construyen edificaciones hasta de tres y cuatro pisos sin ningún permiso de las curadurías o sin la vigilancia y control desde la oficina Asesora de Planeación Municipal. Es hora de actuar, la norma está en el papel y se debe hacer valer.