Miembros de la Policía Nacional hablan del difícil panorama de inseguridad al que se enfrentan como fuerza pública. Además, de contar a voz en cuello que por su bienestar solo velan sus familias.
Con un panorama desalentador de 21 muertos y 68 heridos que dejó en Bogotá un atentado terrorista a la Escuela General Santander, la Policía inició el 2019, algo que los desanima, sin embargo, saben de su responsabilidad.
¿Quién cuida a la Policía? Se preguntan muchos después de este atentado que enlutó a muchas familias en el país que enviaron a sus hijos a prepararse y ahora regresan muertos o quizás con graves secuelas.
“A nosotros nos cuida nuestra familia, ellos son los que de alguna manera velan por nosotros y evidentemente existe un resguardo entre nosotros para lograr realizar nuestras actividades. Pero dentro de nuestra organización no existe ningún lineamiento de seguridad para el cuerpo de la organización”, explicó un miembro de la Policía quien pidió reserva de su nombre.
Para el capitán José Fernando Montoya Rodríguez, comandante de Estación en Valledupar, la comunidad debe ser la principal aliada de la organización para lograr establecer un cerco de seguridad entre la ciudadanía y los miembros de la institución, pero en ocasiones no los son.
“Nosotros estamos buscando con los miembros de la comunidad trabajar unidos. En muchos casos la Policía Nacional va a proceder a capturar a un delincuente, pero la misma ciudadanía no los quita, nos lanza piedras, entonces quedamos entre la espada y la pared por ir a capturar a un delincuente”, indicó Montoya Rodríguez.
Durante el año, la Policía implementa estrategias para el cuidado del pueblo colombiano, entre ellas ‘Cuide su prima’, ‘Una Navidad en Paz’, ´Por una vacaciones seguras y en paz´, entre otras. “Estamos trabajando todo el tiempo por el desarrollo y cuidado de la ciudadanía pero en ocasiones nadie nos cuida e incluso, en actos específicos que acudimos y estamos cumpliendo nuestra labor la comunidad nos termina atacando”, afirmó el Policía.
Según el historiador y periodista del Cesar, Miguel Ángel Ullo Martínez, este contexto no se debería dar porque entre la comunidad y la Policía Nacional se debería presentar un matrimonio institucional. “Nosotros como cesarenses debemos tener un matrimonio claro con nuestro grupo armado civil con el cual contamos siempre, pese a la diferentes irregularidades que se presenta dentro del organismo. Nuestro deber es trabajar mancomunadamente”, dijo.
La gran ola de inseguridad que azota nuestro país y el departamento, es el motivo por el cual casi que a diario se ven noticias de asesinatos, robos, feminicidios, masacres, atentados y demás actos que muestran a grandes rasgo el panorama de inseguridad al cual se enfrentan los colombianos, incluyendo en esto a los miembros de la Policía Nacional.
SEGURIDAD PARA LOS VALLENATOS
Son cerca de 450 policías establecidos en el casco urbano de Valledupar, los cuales están distribuidos en diferentes cuadrantes como vigilancia, Sijín, técnicos explosivos, patrulleros y guías caninos.
“Con este número significativo que solo tenemos trabajando en Valledupar, para lograr atender las distintas necesidades que se presenten, pero el llamado también es para la comunidad para que nos comuniquen cualquier situación de riesgo donde necesiten claramente nuestra intervención como miembros de la Policía”, acotó el capitán Montoya Rodríguez.
“Durante el consejo de seguridad establecido luego del atentado, el departamento y Valledupar se acordó el blindaje en cuanto a materia de seguridad; a través de los miembros de la Policía Nacional, el Ejército Nacional y la Fiscalía General. Donde se reforzará el pie de fuerza, se generaran más horas de vigilancia, se instalarán más cámaras de seguridad y el Ejército establecerá dos pelotones para el cuidado de la ciudadanía que se ubicarán en la parte norte y sur de la ciudad para reforzar el pie de fuerza”, indicó el secretario de Gobierno de Valledupar, Gonzalo Arzuza.
MAIRA MANOSALVA/ EL PILÓN
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