Terminada este viernes la COP16, evento que durante unas dos semanas concentró la atención del mundo en la ciudad de Cali, ahora lo que se espera son los balances de los expertos sobre lo que significó esta cumbre ambiental y sus verdaderos alcances y logros para la preservación de los recursos naturales.
De manera preliminar se pueden mencionar algunos aspectos registrados por la prensa nacional, entre ellos el desarrollo de debates sobre financiamiento, compromisos de conservación y nuevas alianzas entre comunidades locales, pueblos indígenas y afro para enfrentar la crisis ambiental global.
Se pudo conocer que se sumaron apoyos al Plan de Acción de Biodiversidad 2030, presentado por Colombia como país anfitrión, esa es una apuesta ambiciosa que se constituirá en la guía para enfrentar la acelerada pérdida de biodiversidad y de ecosistemas.
Para muchos resulta de gran importancia la alianza que permite a los pueblos indígenas tener incidencia en los planes de conservación, esta fue denominada G9 de la Amazonía, presentada por comunidades indígenas de nueve países amazónicos, incluyendo Colombia, Brasil y Perú, en representación de 511 pueblos de la región amazónica.
Se destaca el reconocimiento de las comunidades afrodescendientes y a todo el campesinado, incluidos ahora al Convenio de Diversidad Biológica, CDB.
También es un hecho que desde ya queda garantizada la movilización de más de 200.000 millones de dólares anuales para 2030, compromisos asumidos por varios países y oenegés de todo el planeta.
Entre tanto, al cierre de esta edición se estaba a la espera de las evaluaciones, resultados y compromisos de la COP16 que estuvo a cargo de varios ministros de medio ambiente del mundo, quienes trabajaron por varias horas en una mesa redonda. De esa jornada debe salir un documento que indique qué tan cerca o lejos estamos para lograr el cumplimiento del Marco Global de Biodiversidad, ese será el derrotero que permitirá dimensionar el verdadero alcance de esta cumbre mundial.
Por ahora se puede considerar a esta COP16 como un paso más en la acción climática, pero que aún quedan grandes temas pendientes en esa búsqueda urgente de garantizar el cuidado y la preservación de la biodiversidad.
Podría considerarse también que la buena ruta ambiental comenzó a trazarse con el aumento de los compromisos financieros para apoyar a los países en desarrollo en su adaptación a los efectos del cambio climático. Los próximos cinco años serán claves para responder a las necesidades de aquellas naciones que son más vulnerables pero que menos han contribuido a la crisis climática.
Esperamos que hayan quedado definidas
bases sólidas para implementar estrategias en regiones particularmente afectadas por fenómenos climáticos extremos. El reloj corre en contra del planeta y el camino por transitar es muy largo todavía, por eso es urgente actuar con firmeza. Debemos estar atentos al documento final de la COP16.