Un periodo interesante y fundamental viene ahora para los mandatarios electos, el gobernador, Luis Alberto Monsalvo, y el alcalde de Valledupar, Fredys Socarrás Reales, como también para los alcaldes de todos los municipios de este departamento.
Luego del descanso que suponemos se tomarán, después de la ardua campaña electoral, se inicia el proceso de empalme con los actuales mandatarios, según lo establecido en distintas normas que regulan la materia, tema sobre el cual nos referimos recientemente.
Pero, inmediatamente, viene el proceso de planeación, de sentarse a fijar unos propósitos, unos objetivos, unas metas y estrategias, para la tarea de gobierno y – en general- para el desarrollo económico, social y cultural de la capital y el departamento.
Sin embargo, con todo el respeto que nos merecen como mandatarios electos, hoy queremos sugerirles algo que parece elemental, y de “Perogrullo”, pero no lo es: escuchar a la sociedad civil.
No hay duda que Socarrás y Monsalvo, al igual que los otros mandatarios electos, lograron comunicarse de manera efectiva con el pueblo de Valledupar y el Cesar, respectivamente, quienes, en últimas, acogieron sus propuestas de gobierno y por eso salieron elegidos.
No obstante, en esta etapa, luego del proceso de empalme, y antes de entrar el proceso de planeación consideramos necesario y conveniente escuchar a los distintos gremios de la región, a los del sector agropecuario, a los comerciantes y pequeños industriales, a las sociedades de arquitectos y de ingenieros, que tanto tienen que aportar en materia de sugerencias en materia de construcción civil, vivienda e infraestructura física; a los maestros, a los médicos, a la academia, en su conjunto, a las organizaciones sociales, a los grupos étnicos, a los indígenas, a las negritudes, a la gente del deporte y la cultura, a los ambientalistas, en fin, para conocer sus puntos de vista, sus inquietudes y sus aspiraciones sobre lo que debe ser la prospectiva del desarrollo de Valledupar, el Cesar, y cada uno de sus municipios.
Con ese ejercicio de escuchar a las distintas organizaciones de la sociedad civil, se puede fundamentar de mejor manera, con un mayor consenso, los que se consideren deben ser los ejes principales y los temas de los planes de desarrollo del departamento y la ciudad.
Por supuesto, existen muchos diagnósticos que se pueden y deben tener en cuenta; en el caso de Valledupar, las dos encuestas de Valledupar Cómo Vamos, los fundamentos de la modificación parcial al Plan de Ordenamiento Territorial, y obviamente los planes de desarrollo de los últimos alcaldes, entre otros documentos.
Y en el caso del departamento del Cesar, consideramos necesario que se tenga en cuenta, a la hora de comenzar a estudiar y proyectar el Plan de Desarrollo 2012-2015, el trabajo adelantado por el Programa de las Naciones Unidas (PNUD), resumidos en el documento “Cesar, Gobernabilidad democrática y construcción de la paz”, que toca aspectos esenciales para el futuro de este territorio como los avances en el logro de los “Objetivos del Milenio”, la atención a los damnificados por el invierno, la político de atención a las víctimas del conflicto, la lucha contra la pobreza, el tema de la tierra, los temas de equidad de género y de gobernabilidad democrática, entre otros.
Los tiempos que vienen para el Cesar y Valledupar no son propiamente ríos de leche y miel, como se cree; los escenarios fiscales a mediano y largo plazo son sombríos y bien distintos de los que teníamos con el anterior régimen de regalías. Con esos nuevos escenarios se debe fortalecer la tributación municipal y departamental, y ser austeros y cuidadosos en materia de gasto público, para que este llegue a los sectores, a la gente y a las poblaciones que tiene que llegar para que se refleje en programas y obras de progreso para la ciudad y el departamento. El reto que tienen por delante es inmenso…