Los Juegos Olímpicos de París 2024 han llegado a su fin, independiente de los resultados obtenidos por nuestros deportistas colombianos, lo mínimo que podemos hacer es expresarles nuestros agradecimientos porque una vez más han demostrado su valía, esfuerzo y pasión en la competencia más prestigiosa del deporte mundial.
Fueron 19 días de alta competencia. Colombia con 89 atletas obtuvo tres medallas de plata, una de bronce, 14 diplomas olímpicos y logró el puesto 66, mientras que en Tokio 2020 fueron 71 atletas, ganó cuatro platas, un bronce y quedó en la misma ubicación 66.
Esta vez los ganadores de medallas de plata fueron Ángel Barajas, en gimnasia artística; Jeison López y Mari Leivis Sánchez en pesas; y Tatiana Rentería obtuvo el bronce en lucha libre.
Es necesario resaltar que, a diferencia de los atletas de países considerados potencia deportiva, quienes cuentan con todo el respaldo institucional, el camino de los nuestros hacia los Juegos Olímpicos 2024, en su mayoría, estuvo lleno de sacrificios personales y familiares, en el que se registran historias muy conmovedoras y de un gran espíritu de superación.
Son muchos los casos de deportistas nuestros en los que, además de los entrenamientos extenuantes y de su determinación inquebrantable, tuvieron que sortear diversas situaciones económicas en esa búsqueda para alcanzar el sueño de asistir a unos olímpicos. Tal fue la situación del bicicrosista Mateo Cardona, quien confesó que sus padres tuvieron que vender el carro para poder viajar hasta París y verlo competir.
“Creemos que Mateo Carmona es uno de esos representantes que edifican a Colombia y valoramos el esfuerzo que hicieron como familia para representarnos a los colombianos en las #OlimpiadasParís2024 y queremos que consideres recibir un vehículo de Chevrolet”, escribió la compañía en su cuenta de X. Esperemos que lleguen más mensajes de esta naturaleza de otras empresas y de nuestras instituciones oficiales para todos los deportistas que vivieron los mismos episodios de Mateo Cardona.
Ese tipo de situaciones deben obligar a nuestras instituciones gubernamentales, desde el ámbito local, departamental y nacional a replantear las políticas de apoyo al deporte colombiano.
Lo ideal sería que los logros alcanzados fuesen testimonios de la dedicación y la excelencia de nuestros atletas, pero siempre con el acompañamiento y todo el apoyo requerido por parte del Estado desde los inicios de cada deportista en su región de origen.
Por eso destacamos no solo a los que subieron al podio, sino también a todos los que dieron lo mejor de sí, enfrentándose a los mejores del mundo con valentía y dignidad. Su participación es un ejemplo inspirador para las futuras generaciones de deportistas colombianos que ven en ellos un modelo a seguir.
A todos los miembros del equipo detrás de los atletas también se les debe un agradecimiento especial. Por todas las situaciones antes expuestas, sabemos que su trabajo y apoyo fue igual de incansable para que nuestros deportistas llegaran en las mejores condiciones.
Gracias, deportistas colombianos, por recordarnos que con esfuerzo y dedicación no hay metas inalcanzables. Comencemos desde ya a prepararnos para los Olímpicos 2028 Los Ángeles, California, en Estados Unidos.