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¿A dónde vamos con los TLC?

Por Imelda Daza Cotes

La globalización neoliberal con apertura comercial sigue afectando a los productores nacionales y sus efectos se acentúan con los TLC que el gobierno viene firmando por doquier. El comportamiento del PIB en el primer trimestre del 2013 debería alarmar. Sólo creció el sector de la construcción. La industria en general no creció, el sector agropecuario, el comercio y los servicios se estancaron, igual que la minería

A qué atribuir estos resultados? Las explicaciones dependen obviamente de la lectura que cada uno haga de la coyuntura económica. Sin duda, influye  el modelo económico que privilegia la inversión extranjera en agrominería y promueve múltiples TLC, en obediencia a los dictados de organismos financieros internacionales. Estas políticas que llevarán a la ruina a muchos empresarios, concentran áun más la riqueza con grandes beneficios para un reducido grupo de agentes de comercio exterior-ligados al sector financiero-importadores de buena parte de los productos industriales y agropecuarios que demanda el país. Los productores colombianos son desplazados del mercado nacional en detrimento de la producción nacional y  del empleo interno

La situación para el sector agropecuario se torna insostenible y no es mejor para  el  manufacturero; no tienen cómo competir con productores extranjeros. Arroceros, cafeteros, avicultores, ganaderos, empiezan a reaccionar frente a las dificultades. Una actividad seriamente amenazada es la producción de leche que tiende a reducirse drásticamente por la elevada concentración de la misma, fenómeno que se viene dando en toda Latinoamérica. En Costa Rica, Uruguay, Perú, Chile y Argentina se reducen cada año las fincas lecheras. En estos países tres empresas controlan el 92, 83, 63 y 40% del sector

En Colombia empieza a sentirse un diluvio de productos lácteos provenientes del exterior. El TLC con la UE llevará enormes contingentes de leche en polvo, quesos, leche maternizada, lactosueros,etc. Igual será el flujo de productos  desde  Nueva Zelanda; allí, una única empresa maneja el 95% de la producción láctea. La tendencia se extiende. Si bien en Colombia hay cinco empresas que controlan el 55% de la producción lechera, 4 de ellas son multinacionales y están en camino dos más que aspiran a apoderarse del 45% restante donde hoy actúan medianos empresarios regionales y pequeñas cooperativas de colombianos que serán desplazados por la avasalladora agroindustria lechera extranjera. Es un tema de interés regional y de preocupación nacional.

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