“La feligresía acudió multitudinariamente al encuentro con la fe, enviando un mensaje de que el pueblo vallenato es un territorio de paz”, dijo uno de los más de 4.000 fieles asistentes a la consagración de la Catedral del Ecce Homo en Valledupar, uno de los acontecimientos más importante de la Iglesia católica en el Caribe.
Ante la dificultad para ingresar al templo sagrado, el equipo del periódico EL PILÓN ingresó por el sótano que había recorrido el día anterior, y como se dice en el argot del periodismo, ‘ahí estaba la noticia’.
Un sacerdote impartía instrucciones: “Todos estar atentos por favor, le damos la bienvenida a todos los arzobispos y obispos de Colombia, gracias por estar en la consagración de nuestra catedral, vamos a organizar un poco la procesión de entrada. En primer lugar irán los seminaristas de dos en dos, luego los sacerdotes y luego los señores obispos, a la entrada de la catedral en la parte del presbiterio en las sillas de madera se ubicarán los obispos y los sacerdotes estaremos enfrente del altar”.
Los religiosos salieron por una rampa contigua a un jardín para ingresar por el frente de la Catedral. Las instrucciones de ingreso no se cumplieron porque la comunidad deseaba saludar y expresar el afecto a sus líderes religiosos. De camino nos ‘topamos’ al padre Suliban Granados, que con sus dichos y comentarios hizo amena la procesión a lo que el padre Heráclito de Jesús Chaparro repostó para apaciguar el sol, la fila y la espera.
En el entretanto el diácono Freddy Guerra comentó lo que estaba sucediendo al interior: “Estamos en la procesión de entrada, acaba de entronizar el Santo Ecce Homo, no va a residir aquí la imagen, sin embargo él va a entronizar la procesión. Estamos entrando en la Catedral con mucha alegría para celebrar esta gran solemnidad”.
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Previamente se les había instruido a los religiosos: “No hay que besar el altar porque aún no está consagrado, hacemos solo la venia y nos ubicamos”.
En el interior de la Catedral se sintió una fuerza espiritual y una particularidad indescriptible en los rostros de las personas. El párroco de la iglesia Don Carmelo, Alexander Brand, nos explicó: “Estamos en la procesión de entrada ha presidido la imagen de Santo Ecce Homo patrono popular de Valledupar, ahora están tomando sitio los señores arzobispos y obispos de Colombia”.
MOMENTOS MÁS SIGNIFICATIVOS
Lectura del decreto del papa Francisco que eleva a catedral el templo por parte del canciller de la Diócesis de Valledupar, Carlos Imbrecht. Luego fue el momento para la bendición y aspersión del agua a cargo de monseñor Vélez Isaza, luego se desarrolló la entronización de la palabra por parte de fieles de diferentes parroquias que en conjunto hacen parte de la liturgia de la palabra. Durante la proclamación del evangelio, monseñor Vélez Isaza dio un saludo a los misioneros que evangelizaron por primera vez esta tierra: Dominicos y Capuccinos. Hizo una remembranza de los 50 años de nombrado el primer obispo de Valledupar, Vicente Roig y Villalba.
Monseñor Vélez Isaza aclaró que un templo no se inaugura sino que se consagra… “Por tanto presentamos esta obra a Dios”. La aclaración la hizo durante la homilía o sermón. “Además recordó que el templo es el cuerpo místico de Cristo y es templo del espíritu santo y es el lugar donde el pueblo de Dios se congrega”, precisó Johan Severiche, seminarista de cuarto año de Teología del Seminario Juan Pablo II de Valledupar.
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El sacerdote Iver Alfonso De la Cruz Santiago fue el encargado de la colocación de las reliquias de San Antonio María Claret, San Josemaria Escriva de Balaguer, Santa Laura Montoya, y los beatos Jesús Aníbal Gómez, Pedro María Ramírez, Álvaro del Portillo, mártires Claretianos. Monseñor Vélez Isaza elevó una oración solemne y practicó el rito de la Dedicación. Posteriormente se llevó a cabo la unción del altar, 12 por tradición, para dar paso a la incensación del altar.
Este es el momento más importante de la consagración, comentó Jhony Vega caballero de Sion. “En este momento se ha hecho la oración consagratoria, es decir, se ha consagrado el altar, se ha derramado sobre el crisma el óleo perfumado, consagrado la misa crismal. Son tres oleos que utilizamos, el crisma de salvación que es el que utilizamos hoy que se utiliza para el altar, la unción de sacerdotes y la confirmación, los otros dos oleos son: el de los enfermos y el de los catecúmenos que se utiliza para el bautizo; hoy se ha utilizado el crisma, es el perfumado, si se quiere el más importante de los tres, por eso se consagra el altar y se dispone ya para la liturgia para poder celebrar en el la eucaristía”.
Un grupo de seminaristas y religiosas hizo el revestimiento del altar con manteles blancos como símbolo del banquete sacrificial. La comunidad dispuso de flores, las bases de los sirios, y un grupo de seminaristas agregó los sirios para dar paso al momento de la luz e iluminación dentro del rito de unción del altar, un momento de ovación. Finalmente se practicó la liturgia de la eucaristía, el rito de la comunión, la bendición y despedida.
OPINIONES
Monseñor José Clavijo Méndez, obispo de Sincelejo: “Es un acontecimiento nacional, la consagración de una catedral, en una fecha tan importante para la Diócesis de Valledupar, tras 50 años de haber sido creada”.
Monseñor Luis Adriano Piedrahita, obispo de Santa Marta: “La inauguración de la Catedral va a significar un gran impulso a la vida de la Diócesis luego del impulso que trae, todo esto es posible de realizarse en la medida en que hay una iglesia viva que ha colaborado y participado en esta obra”.
Monseñor Hugo Puccini, obispo emérito de Santa Marta, recuerda que cuando fue obispo auxiliar, de monseñor Villegas en la ciudad de Barranquilla, construyeron una obra grande y majestuosa: “Queríamos tenerla inaugurada para que cuando fuera el papa, Pablo VI, recibirlo, de modo que esto me recuerda el ajetreo de aquel momento; esta es más bonita hay que reconocerlo”. El religioso destacó el crecimiento de la religiosidad en el pueblo vallenato.
Para monseñor Ricardo Tobón Restrepo, el arzobispo de Medellín y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, este momento es de gran significación: “Porque de alguna forma es como la consagración de toda la comunidad diocesana, significa la plenitud de la Iglesia, además aquí en Valledupar han construido una grandísima y hermosa catedral lo que da prueba de una iglesia muy viva de un compromiso de todos los católicos y de un empeño serio por vivir la fe, esto nos indica que la Iglesia en Valledupar está viva y sirviendo al señor y congrega a una comunidad muy grande”.
Monseñor Oscar José Vélez Isaza, obispo de Valledupar, expresó que sentía una alegría por la satisfacción del deber cumplido, en medio del agotamiento, por el agite propio del acontecimiento: “Todo dentro de lo previsto, quedó al tope máximo, mucha gente por fuera, vinieron todos los obispos invitados, muchísimos sacerdotes, y más de los fieles que estábamos esperando”.
Monseñor Óscar Urbina Ortega, arzobispo de Villavicencio y presidente de la Conferencia Episcopal, agradeció a Dios porque esta iglesia cumple 50 años: “Una iglesia cuando llega a ser Diócesis, ya llega a su adultez y ha vivido esos 50 años en una línea de una progresión constante, lo vemos por los frutos hoy de tener ya su clero propio, el Seminario, con buen número de vocaciones, la evangelización por todo el territorio, el crecimiento en parroquias y el tener la infraestructura que debe tener la comunidad parroquial para la vida de las comunidades, entonces gratitud a Dios, gratitud a los tres obispos que la han llevado hacia adelante con una entrega generosa y total, a las comunidades religiosas, y a los sacerdotes diocesanos que han evangelizado este territorio, también unas felicitaciones a los fieles que en una u otra forma con su respuesta han contribuido a que se mantenga la viva de esta iglesia”.
Por: Hamilton Fuentes / EL PILÓN
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