El pasado domingo tuvimos la oportunidad de visitar Badillo, corregimiento al norte de Valledupar, que en medio de su vigésimo cuarto Festival del Arroz no pudo dejar de lamentarse por la difícil situación de sus arroceros, se quejaba de un primer semestre malogrado por falta de lluvias, lo que les atrasó la siembra.
Según datos de Fedearroz seccional Valledupar, los pequeños y medianos arroceros tienen una producción este semestre que apenas representa el 30 % de lo que a cierre de semestre de 2018 habían sembrado. Esto, por obvias y lamentables razones, afecta fuertemente a los productores.
Es importante recordar que la misma situación podrían estar viviendo los arroceros del Alto de la Vuelta, El Jabo, Mariangola, Valencia de Jesús, entre otros, que pertenecen todos a Valledupar en donde las lluvias apenas empiezan a llegar. Son aproximadamente 6.500 hectáreas sembradas anuales que este año verán una sustancial disminución, aunque los arroceros esperan recuperarse en el segundo semestre.
Jairo Chimá Coneo, director ejecutivo de Fedearroz seccional Valledupar, ratifica que el arroz de Badillo y el sur de La Guajira son el de mejor calidad en el país, cosa que naturalmente no debemos pasar por alto. Sentirnos orgullosos es lo mínimo y apoyarlos con la compra del grano, ahora entre agosto y octubre que es la cosecha, es lo menos que podemos hacer los cesarenses y guajiros.
El plan de ordenamiento de la producción del arroz que plantea el Gobierno establece que deben sembrarse este año, a nivel nacional, 478.000 hectáreas, esto significa áreas controladas para regular, a través del freno a la sobreoferta, el precio entre otros factores. Este ordenamiento o control de la siembra en Valledupar, por factores climatológicos, se dará de manera natural.
No es bueno el panorama arrocero en el país. Justamente están los arroceros de Agrobadillo preparándose para afrontar un segundo semestre que les mejore el balance anual cuando se conoce el resultado de la más reciente investigación del Programa de Investigación de la CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS), y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), sobre las áreas cultivables de arroz. Según el estudio, para el año 2050 podrían reducirse de cuatro millones a 1,8 millones de hectáreas aptas para el cultivo, debido al aumento de temperaturas y los cambios en las lluvias, factores del cambio climático que modifican la aptitud de las áreas geográficas.
De manera que a comer arroz del nuestro, el mejor de país y el que más lo necesita en este momento, sin olvidar por supuesto el panorama nacional. De Badillo y otros corregimientos de Valledupar sale la variabilidad de arroz más limpia, pues las condiciones agroclimáticas y nuestra riqueza ecosistémica nos permiten cultivar un grano con menos agroquímicos.
Gracias a los arroceros de Badillo, que este fin de semana, con camisas ‘ajoacadas’, celebraron sus fiestas populares con la Custodia al frente: acordeones, canciones inéditas, repicadores de perreros, comedores de arroz, mejor arroz, y otros concursos típicos de esas tierras. Que el comportamiento de nuestra naturaleza con sus lluvias les favorezca este año y los que vienen, y preparémonos para tomar acciones amigables con el medio ambiente a mediano plazo.