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A Ana Matilde González la marcó el tango

Ana Matilde González Torres encontró en Buenos Aires (Argentina) un lugar donde desarrollar mejor su perfil profesional. EL PILÓN / Joaquín Ramírez.

Como “impresionante” describe Ana Matilde González Torres su experiencia en Buenos Aires, Argentina, con un grupo de menores afectados por el síndrome de Down.

A pesar de ser estudiante de último semestre de la facultad de Ingeniería Industrial, en la Universidad del Santander, UDES, encontró en la Fundación Tango Argentino un espacio para explotar, más allá del aprendizaje teórico, lo adquirido durante su ciclo de pregrado.

La joven de 22 años lleva por convicción aplicar conocimientos en la integración de técnicas y tecnologías con miras a una producción o gestión competente, segura y calificada, en el marco de lo que entrega su profesión; pero, en un período de tres meses en el cual desarrolló su proceso de prácticas profesionales, abrió un espacio para explotar otro campo.

“Lo principal en Argentina era brindar apoyo a un proyecto al cual se abre convocatoria por medio de la Gobernación de Buenos Aires, éste se centraba en personas con síndrome de Down mayores de 18 años y aprovechando que el tango es un patrimonio de ese país, la Fundación enfocó el proyecto por esa parte y logró el objetivo”, declaró Ana Matilde.

“En esta región piensan en graduarse, casarse, tener una casa y un carro para quedarse aquí, pero cuando hay una experiencia internacional las expectativas se transforman”.

Aunque González Torres es nacida en Valledupar y corre por su sangre música vallenata, se dio a la tarea de estudiar e informarse sobre un género distinto, como lo es el tango: “en Argentina hay una fundación que se encarga de brindarle apoyo a las familias en las que hay personas con síndrome de Down, entonces me sirvió toda la información que conseguí y llevarla a un plano diferente como este género musical, para aplicarlo en el proceso de prácticas, que se dio gracias al convenio entre la universidad UDES y la ONG Aiesec”.

“Me sentía muy nerviosa al principio, soy una estudiante de ingeniería Industrial y el entrar a tratar con un tema totalmente diferente no es fácil; logré canalizar todos mis conocimientos y el esfuerzo que debía transmitir. Esa es una manera de ayudar a la sociedad de Buenos Aires y creo que cumplí con el deber de estudiante”, resaltó Ana González.

En el mes de junio Ana Matilde recibirá el diploma que la certifica como Ingeniera Industrial y desea seguir su vida profesional en Europa, en la que espera ingresar a un nuevo proyecto de estudio.

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