Al unísono las organizaciones de mujeres y comunidad de personas con orientación e identidad de género diversa, han expresado su preocupación por la frágil política pública de género del departamento del Cesar.
En una acción previa a este día, un nutrido grupo de organizaciones de Valledupar, se reunieron en la plazoleta de la Gobernación del Cesar para expresar las situaciones que incomodan y no permiten avanzar en la reivindicación de los derechos de las mujeres.
EL PILÓN se une al llamado vehemente que hicieron al sistema de justicia porque se ha convertido en la principal barrera que sigue replicándose en el territorio, en lo que tiene que ver con el respaldo de las instituciones en la protección de la vida de las mujeres, niñas y adolescentes.
No es posible que la atención de los funcionarios minimice los hechos violentos y revictimice a la mujer que decide denunciar las amenazas a su integridad física, generalmente por parte de su pareja o padre de sus hijos.
También el llamado es a las entidades de salud que están vulnerando los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, negando la atención en casos de violencia o de acceso a su derecho a interrumpir embarazos, según lo establece la Sentencia 055 del 2022. Aunque entendemos las controversias que se podrían suscitar en este aspecto en el que se exponen respetables y arraigadas posiciones ideológicas o religiosas, la sentencia y la consideración a la decisión de la mujer deben primar. Es más, en toda situación debería primar. Aun en el departamento del Cesar no están suficientemente entrenados los trabajadores de la salud para cumplir los protocolos que determina la ley.
En la coyuntura del #8M, no podemos hablar de una reivindicación de derechos cuando las cifras de desempleo para las mujeres en el Cesar, muestra la falta de oportunidades laborales, aumentando las desigualdades. De acuerdo con el reporte del Dane en el último trimestre del 2023, la tasa de desocupación para las mujeres fue de 11,6 %, y para los hombres 7,8, comportamiento que se replica en la capital del Cesar que concentra el 50 % de los habitantes del Cesar.
Es importante también hacer un llamado sobre los estereotipos de género que aún persisten y que afectan mayoritariamente a las mujeres. En esto ha contribuido también la cultura y la música vernácula que en no pocas ocasiones ha derivado en una banalización de la condición de la mujer como objeto enaltecido y a la vez deseado y maltratado. Estos son reflejados en escenarios familiares y laborales, perpetuando la imagen de una mujer dependiente y sin autonomía financiera que debe permanecer en la esfera de las labores del hogar. Ello contraría la realidad de su papel cada vez más importante y creciente en todos los ámbitos de la vida social. En la política, los negocios, las profesiones, el trabajo, en la fuerza pública.
En conclusión, la conmemoración del Día Internacional de los Derechos de la Mujer pasa por un momento agridulce, con algunos avances, pero con innumerables retos, que sólo se consolidarán si existe voluntad política para apoyar la capacidad organizativa de mujeres y comunidad sexualmente diversa, sin promover el regalo de flores el #8M, sino la implementación de la política pública.