La tierra nativa del compositor y cantante, Calixto Ochoa, es tema noticioso durante los días Santos para la comunidad católica. Valencia de Jesús y su templo, es patrimonio religioso nacional y orgullo de la hermandad de los Nazarenos.
Esta población, ubicada a 15 minutos de Valledupar se destaca por la conservación de sus santas tradiciones, y Eusebio Manuel Rosado Valdeblánquez, hermano de Jesús Nazareno, se encargó de rememorar este legado.
Sus ojos se mojaban a ratos. Las lágrimas que brotaban de este hombre era por la nostalgia de sus padres, sus antepasados y el baúl de recuerdos que enmarca su vida en los días santos.
Con semblante acongojado, don Cheo -como es llamado en todo el pueblo-, habló de la la persona que lo hizo portador de la fe: su padre. “Mí papá fue un tipo que nació en el 1895 y murió en 1992, se llamaba Manuel María Rosado Ruiz, dedicó 95 años la hermandad de Jesús de Nazareno”, para aquellos años habían solo 24 hermanos junto a él”.
“Cuando tuve luz de conocimiento conocí en mucha textura la arrogancia de la religión, no se prendía candela desde el Jueves Santos hasta el Sábado que cantaban Gloria; eso fue modificado desde el año 60, con el Papa Juan Pablo Segundo, entonces ya esa creencia se fue retirando, yo que tengo remembranza de lo pasado, para mí no ha cambiado, entonces yo creo que la fe está en la creencia de la tradición, porque si uno no tiene tradición en cuanto a la fe, no hay creencia”.
“El tiempo no tiene reversa”
Estaba sentado en un taburete, se puso de pie y enseñó su cartera donde guarda el carnet que lo acredita como hermano de Jesús de Nazaret. Recuerda que hace 50 años atrás en la tierra valenciana “todo era muy especial”, porque “mandaba era la hermandad. Aquí la ley se acumulaba allá (señalando la vía donde estaba una estación de la Policía), no habían mando de Fuerzas Armadas, sino mandos de creencias, de respeto; ya no, la cosa ha cambiado mucho porque se está perdiendo la fe y de ahí se deriva el respeto”.
‘Cheo’ relata que en Valencia de Jesús, solo existía un barrio llamado El Centro, ahora tiene un promedio de seis. Habla de recuerdos de otrora, como que por el centro recorrían con la procesión, que salían directamente de la iglesia. “Cuando yo ingresé a la hermandad, estábamos en 100 hermanos y hoy tenemos un promedio de 200: hay menos fuerza de organización que antes, ahora tenemos es recocha y desobediencia, antes había respeto”.
“Mi papá era carguero y capitán de la hermandad Jesús de Nazareno, yo ocupé su cargo pero como fui operado de la columna debí retirarme. Hoy estoy con el legado pero como veedor”, dijo.
Al invitar al equipo de EL PILÓN a su patio, pidió unos minutos para bañarse y quitarse el olor a vaca y de corral, “para estar y salir bonito”, pero recibió una mirada de su esposa Marlene Rodríguez Alemán y susurró “a ella no le gusta, porque dice que pa’ quién es”. De todos modos el agraciado ‘Cheo’ tomó el baño, ya cambiado y cómodo miró al cielo y dijo: “los tiempos no tienen reversa, todo va al cambio. Antes no se montaban palos los días Santos, ahora montan hasta avión”.
En medio del canto sublime de un canario que se alojaba en una esquina de la carrera 3, lugar donde reside, Eusebio expresó que antes nadie se montaba en un animal, ninguno prendía una candela, solo después del Sábado de Gloria; “el pescado era frito y luego lo cocinaban y lo tenían cocido ahí (señaló una mesa) para repartirlo, la miel de abeja con bollo de queso, eso era la tradición de antes”.
“Me enguayaba mucho este tiempo porque yo recuerdo de lo pasado y me embarga la nostalgia por mi papá. Quisiera que toda las veces fuera lo mismo y no cambiar las cosas como están cambiando; ahora mismo la cosa está bastante terrible”, aseguró.
Solo quedó una incógnita que ‘Cheo’ Rosado no respondió. ¿Porqué compra la lotería en el número cinco y precisamente en la Semana Santa?
Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
carlos.jimenez@elpilon.com.co