“… Sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia, la mansedumbre”. 1Timoteo 6,11
Después de la apoteósica noche de celebración de los 25 años del Pilón, me quedé pensando ¿Cuál sería el secreto de su éxito? Creo que nada lo describiría mejor como el concepto de perseverancia.
Las batallas que han tenido que librar, no han sido fáciles sino peleadas y ganadas con mucho esfuerzo y costo de recursos, trabajos e incluso vidas. Pero allí estuvieron, abriéndose paso a través de los problemas y retos y sobre todo negándose a claudicar y rendirse. La cualidad que se requiere para vencer y ganar las batallas es la perseverancia.
Los perseverantes son aquellos que continúan mientras los demás abandonan. En la Biblia, el término se traduce como: Paciencia, longanimidad, estar firmes, permanecer, ser fieles. O como decía aquel antiguo eslogan de conservas La Constancia: Insistir, persistir y no desistir.
La perseverancia es esa fuerza interior que da la tenacidad para mantenerse en movimiento, especialmente cuando los vientos son contrarios o se enfrenta adversidad. Es la decisión de continuar en lo que se ha determinado por un largo periodo y a pesar de las dificultades y contratiempos.
La perseverancia comienza con la disciplina. La diferencia entre los logros y fracasos está en la voluntad de perseverar. Las motivaciones nos dan el impulso inicial, pero la perseverancia nos permite seguir intentándolo hasta lograrlo. El propósito sostiene la perseverancia. El éxito se logra cuando se tiene la firme determinación de lograrlo, cuando hay un claro sentido de misión y destino. Ciertamente, todos queremos lograr las metas, pero se hace necesario resistir hasta el final. Es esa lucha forzada la que produce campeones cuando la oportunidad se alinea con la preparación. Y, es en ese proceso, cuando crecemos hacia el mejoramiento y la perfección.
He comprendido que una táctica de la derrota es el cansancio, especialmente a través de tiempos difíciles y desafiantes como los actuales. Innovarnos y explorar nuevas formas de servicio con la tecnología, se convierte en un gran desafío. También es beneficioso ser firmes en la lealtad con nuestros socios y amigos, porque la perseverancia no se rinde, sino que ve las cosas a través de su pleno potencial y esto incluye las amistades y relaciones.
Por supuesto que, existen valores y principios no negociables. La historia se hace, no con aquellos que van con el flujo y reflujo de las opiniones, sino por aquellos que están firmes en sus convicciones, aun cuando esto implique sacrificio e incomodidad.
Finalmente, perseverar es guardar las palabras que decimos, las letras que escribimos, los foros que dirigimos y las campañas que patrocinamos. Es ser propositivos, resilientes, positivos de cara al futuro, produciendo vida y esperanza para una región afectada por las circunstancias. Pero, sobre todo, perseverar significa rehusarnos a aceptar algo que contradiga lo que Dios dice en su Palabra y ser responsables por nuestro caminar espiritual.
Familia Pilonera: Socios, directivos, anunciantes, periodistas, columnistas, empleados. ¡Gracias por la decisión de permanecer! Por ofrecer lo mejor de ustedes, por ser persistentes, por nunca abandonar. Valledupar y la Provincia de Padilla no serían igual sin el aporte profesional y desinteresado de comunicar, opinar, informar, educar, que han llevado a cabo todos estos años.
“No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos”. ¡Adelante, la historia se los agradecerá!
¡Felicitaciones en sus 25 años!