25 años de estar en el corazón de los vallenatos, brindando información ininterrumpida de todos los aconteceres que han marcado la historia reciente de nuestra región, muchos periodistas, columnistas, fotógrafos hemos hecho escuela en esta casa y hoy es más que justo reconocerle y agradecerle el gran aporte que se inició con el sueño de Dickson Quiroz y que ha continuado Juan Carlos Quintero con pasión y mucho amor.
El Pilón se ha convertido en una marca ciudad que hay que cuidar y proteger para fortalecer la democracia en un departamento tomado por el amedrentamiento y la presión para que no se informe con transparencia, el principal activo del el Pilón es mantener la credibilidad y seguir siendo una referencia a nivel nacional de la prensa escrita.
Pero no todo ha sido color de rosa, en estos 25 años también hay espinas que derramaron sangre, la dolorosa la muerte de su jefe de redacción Guzmán Quintero Torres, un investigador a quien nunca le tembló la pluma para denunciar las barbaridades en una época siniestra, esta semana se dio una gran noticia, su crimen fue declarado de lesa humanidad, lo que indica que las investigaciones continuarán hasta que se logre saber la verdad, que muchos conocen en Valledupar porque están metidos políticos, empresarios y militares, ojala en la JEP se sepa.
A pesar de que no lo conocí, lo de Guzmán me duele porque me identifico con sus posturas para enfrentar esta sociedad que aún no sabe lo que representa el periodismo verdadero, honesto y equilibrado, que informa, investiga, critica y denuncia sin persecuciones, odios o amores. La obligación de todos es proteger a esos periodistas que como Guzmán murieron haciendo periodismo sin arrodillarse a los poderosos, no como algunos de sus colegas que hoy vemos posando en Valledupar y fueron y siguen siendo aliados de los perpetradores de semejante crimen.
El Pilón sigue su marcha y cada día se presenta un reto nuevo, hoy quizás el más importante, sobrevivir en medio de esta nueva era de la comunicación que tiene a los medios en crisis, más aún a los regionales. El Pilón es una marca muy querida por el vallenato raizal, cuando pasa algo siempre preguntamos: “¿Ya salió en El Pilón?” y eso no tiene precio, pero llegó el momento de diversificarse para generar nuevos productos y contenidos que vayan de la mano de la comunicación, integrado con redes sociales fortalecidas, participando en eventos, foros y entregándole más herramientas para que los periodistas puedan hacer mejor su trabajo, sobre todo, en investigación y multimedia, con un departamento de mercadeo más ágil, que en manos de la talentosa Clara Inés Araujo ha logrado sobrellevar el temporal, pero necesita más para que se logre vender un mejor producto y no depender de la pauta oficial que amarra cualquier sala de redacción.
Hay que innovar, reinventarse e invertir, ojalá la junta directiva entienda lo que está en riesgo, hoy hay un director dinámico y preparado como Andrés Llamas que puede asumir el reto de encarrilar periódico hacia el futuro, para que siga siendo el orgullo de los vallenatos y mantenga un legado de 25 años que serán celebrados con una mágica y elegante fiesta el miércoles, de antemano me excuso porque no estaré en la ciudad, pero mi mayor deseo es que haya Pilón por muchísimos años más.