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Reciclemos

A pesar que esta recomendación está en tercer lugar, es la más famosa, la más publicitada y la más visible del trio R: reciclar. El concepto es elemental, se recoge y recicla materia de valor útil para evitar que termine en los vertederos. Protege y extiende el suministro de recursos naturales, mejora la calidad ambiental con menos contaminación del aire, agua y tierra y conserva grandes cantidades de la energía de su fabricación. No siempre es posible reducir y reutilizar, pues la materia prima es cada vez menos abundante y cuesta más, por eso el reciclaje se ha convertido en una de las industrias internacionales más grandes y sofisticadas del mundo.

Ya en algunos países se está tomando en cuenta la importancia de reciclar y los costos económicos y medioambientales de no hacerlo. La mera idea de recoger miles de toneladas de material valioso desaprovechado y abandonado para acumularse y contaminar debe ser suficiente para animarnos a reciclar, pero muchas veces la falta de información práctica o la incomodidad de crear nuevos hábitos son razones por las que no reciclamos y miramos hacia otro lado.

Es importante reconocer que el ciclo del reciclaje empieza con nosotros, somos la parte clave, pues sin nosotros el proceso no existirá. Primero hay que informarse sobre cómo funciona el sistema de reciclaje en la ciudad o poblaciones, es decir, si ¿hay sitios o recipientes para depositarlos, recogida selectiva de casa en casa, o camiones de reciclaje móviles? Y ¿qué se puede reciclar y cómo se separa? Toda la ciudad debe tener a disposición del ciudadano esta información sobre reciclaje, lo mismo que las empresas que gestionan el reciclaje y las organizaciones medioambientales.

En todo caso, lo más importante de todo, es organizarse bien en casa para que reciclar sea fácil, rápido, ordenado y práctico. Esta práctica tiene que ser conveniente para todos, pues, si no, resultará difícil fomentar este nuevo hábito cuando en realidad no lo es.

Como todos los hábitos nuevos, se tarda un tiempo en crear una nueva rutina, no siempre se recuerda hacerlo, pero en unos meses se coge el ritmo. Para tales efectos hacemos las siguientes recomendaciones:
*Organiza un espacio en casa dedicado al reciclaje cotidiano: el vidrio, el papel cartón, los envases y elementos metálicos.

*Familiarízate con todo lo que se puede reciclar.
*Establece una rutina para sacar lo reciclable, junto con la basura normal.
*Reciclar es la mejor manera de motivar a tus familiares, amigos y vecinos para que ellos también lo hagan.
*Intenta comprar productos que estén fabricados con material reciclado, así concretas el círculo y das más valor a tus esfuerzos.
*Si tienes dudas sobre si algo es reciclable, pregunta a la empresa de aseo, o a una entidad ambiental o al propio fabricante.
*Muchas cosas se reciclan, pero no deben ir en el mismo recipiente, por ejemplo, aparatos electrónicos, el aceite las pilas, la pintura, radiografías y el metal. Guárdalos aparte y entrégalos al punto que más te convenga.
Así las cosas, los beneficios para nosotros es una mejor calidad de aire, tierra y agua. Para el planeta, menos contaminación, menos desechos y ahorro de los recursos naturales.

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Hernan_Maestre_Martinez: