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Minas antipersonal: armas que quiebran sueños

Angelmiro Castilla es un vallenato de 53 años de edad, de los cuales dedicó siete a su carrera militar. Su meta era llegar a ser sargento mayor, pero el destino cambió sus planes y sólo ascendió a cabo segundo.

Este hombre, que hoy vive en el barrio Nueva Esperanza, al noroccidente de la Capital del Cesar, recordó que el año 1985 participaba de operaciones en el Urabá antioqueño. Él junto a otros militares habían sido trasladados de San Pedro de Urabá a Apartadó, y en el viaje se encontraron con una carretera minada por grupos armados.

En sus recuerdos, Angelmiro conserva ese confuso momento en el que los carros en los que se movilizaban los uniformados explotaban por la activación de la minas. Aunque han pasado 30 años, siente como si fuera ayer como sus tímpanos por poco revientan con las explosiones.

“Todo fue confusión, quedé consciente pero a medida que perdía sangre me desmayé, estaba listo para morirme”, agregó.

Cuando recuperó el conocimiento estaba en un centro asistencial donde le dieron la peor noticia de su vida, una de sus piernas debía ser amputada. “No es fácil cuando le dicen a uno que tienen que amputarle una pierna”, expresó Castilla.

Por la mente de Angelmiro nunca estuvo la idea de que durante su carrera militar podría verse envuelto en una situación como esta, su meta era avanzar dentro de las Fuerzas Militares. Aunque truncaron sus sueños este hombre aún con energía asegura que no guarda rencor hacía los responsables de este hecho.

En esa trágica etapa de su vida, Angelmiro tenía 22 años y con el apoyo de su familia y amigos pudo superar el amargo momento; conoció a otras personas con situación similar a la suya y lo motivaron a salir adelante y a no dejarse hundir en la tristeza.

Tiempo después de su recuperación el cabo segundo inició una nueva vida por fuera de las filas militares, encontró el amor de una mujer con quien conformó un hogar, en el que nacieron dos niñas que hoy lo motivan a seguir luchando por un futuro mejor.

“Fue difícil iniciar de nuevo pero con el transcurrir del tiempo fui sacando fuerzas para salir adelante, aunque hoy todavía hay cosas que me quedan pesadas hacer y eso me incomoda”, expresó el exmilitar.

A su regresó a Valledupar montó en su casa un pequeño almacén que lo ha mantenido ocupado y le aleja los recuerdos dolorosos. Cuando no está dedicado al negocio asiste a la Fundación de Soldados heridos en combate del Cesar, que nació en el año 2012 por iniciativa de varios militares retirados, con la idea de recibir apoyo y capacitación para adaptarse a la vida civil.

A la fundación asisten 37 militares, la cual es liderada por el cabo primero Juan Manuel Hernández Sosa, también afectado físicamente por culpa del conflicto armado en Colombia. El suboficial prestaba sus servicios en San Vicente del Caguán cuando perdió su ojo derecho en la explosión de un carrobomba.

“A uno le cambia la vida, porque en mi caso mi sueño era llegar a sargento mayor y solo pude llegar hasta cabo primero, quedó frustrada esa carrera por culpa de la violencia. En el momento del atentado sólo pensaba en mis soldados porque estaba a cargo de ese pelotón; estuve en recuperación y desde que me retiré tomé la decisión de ayudar a los soldados que salen del Ejército en circunstancias similiares”, expresó Hernández.

Por su experiencia traumática, la cual pudo superar, invita a las afectadas físicamente por la violencia, a seguir adelante.

“Porque la limitación que a uno le queda es algo físico, después que uno esté 100% mental bien. Yo perdí el ojo derecho y tuve reconstrucción facial, pero eso no es nada. La parte más esencial es el apoyo de las personas que lo rodean a uno, que le dan ánimo para seguir adelante”, acotó.

Por último se refirió al proceso de desminado del que se ha hablado en el proceso de paz que adelanta el gobierno nacional y aseguró que es parte esencial de las negociaciones “porque una mina que sea desactivada es una víctima menos”.

Las victimas del Cesar

Desde el año 1992, en el Cesar se han registrado 155 víctimas de minas antipersonales en los municipios de Aguachica, Codazzi, Becerril, Bosconia, Chiriguaná, Curumaní, El Copey, La Jagua de Ibirico, La Paz, Manaure, Pailitas, Pelaya, Pueblo Bello, San Alberto, San Martín y Valledupar.

De las 155 víctimas, 77 hacen parte de la fuerza pública, mientras que 78 son de la población civil, lo que demuestra que un gran número de personas inocentes se han visto afectadas por estos artefactos de guerra.

El Programa Presidencial para la Acción Integral contra Minas (Paicma) tiene priorizado al Cesar debido al número de eventos relacionados con las minas antipersonales; es decir, víctimas fatales y heridos; hallazgo de caletas, decomiso de material, se va a iniciar el proceso de identificación en los 16 municipios afectados para la caracterización de las víctimas.

Por lo anterior, Jaime Campillo, asesor del componente de victimas de minas antipersonales en el departamento, manifestó que la Gobernación del Cesar ha querido hacer un proceso de identificación de la población afectada.

“Queremos conocer a profundidad cuáles son los municipios afectados por las minas antipersonal (MAP), municiones sin explotar (MUSE) y artefactos explosivos improvisados (AEI)”, expresó.
Por su parte, el comandante de la Décima Brigada Blindada, brigadier general Jorge Enrique Navarrete Jadeth, dijo que en el Cesar no han tenido ningún incidente reciente con las MAP, MUSE ni AEI.

“Se han encontrado algunos elementos explosivos como cilindros, cordón detonante, pero obedece más a material viejo para atentar contra las tropas”, acotó.

De acuerdo con las labores de inteligencia militar, los municipios más afectados han sido los que están enclavados en la Serranía del Perijá.

“El Ejército ya hizo los primeros traslados hacia la brigada de desminado, y unos hombres de nuestra Brigada salieron trasladados y una vez reciban todo el entrenamiento serán ubicados de acuerdo a prioridades en las diferentes partes del país”, expresó Navarrete.

El oficial aseguró que de igual manera en este departamento se trabaja con un equipo no técnico y los ingenieros militares en estudios de cuáles con las zonas a desminar, entre las que estarían poblaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía del Perijá.

¡Remángate!

Hoy es el Día Internacional para la Sensibilización de las Minas Antipersonal, una problemática que no sólo afecta a los soldados del Ejército Nacional, sino que ha atentado contra niños, jóvenes y adultos de todo el país, incluido el Cesar.

Para conmemorar esta fecha, a partir de las 8:00 de la mañana se llevará a cabo en la Plazoleta de la Gobernación del Cesar una jornada en el marco de la campaña ¡Remángate! que lleva varios años buscando generar conciencia de la realidad que afronta el país y hacer que el tema, por un día, ocupe un lugar protagónico, porque después de Afganistán, Colombia es el país con mayor número de víctimas en el mundo por las minas antipersonas.

La campaña ¡Remangate! invita a que los colombianos se remanguen el pantalón como señal de rechazo al uso de minas antipersona en el país.

De las 155 víctimas en el Cesar, 77 hacen parte de la fuerza pública, mientras que 78 son de la población civil. Entre los civiles afectados existen siete indígenas y sólo 69 del total sobreviven.
Los municipios afectados por minas antipersonales Valledupar el que más víctimas tiene: 29, le sigue Pelaya con 18, La Jagua de Ibirico13, Pailitas 14, Codazzi 12, Pueblo Bello 13, y Curumaní 12, Aguachica 9, Chiriguaná 7, El Copey 6, Bosconia 5, Becerril 4, San Martín 3, La Paz 1, San Alberto 1, Manaure 1.
Mañana 4 de abril, es el Día Internacional para la Sensibilización de las Minas Antipersonal. Foto: archivo particular.
Angelmiro Castilla y Juan Manuel Hernández son sobrevivientes al conflicto armado en Colombia.

 

Andreina Bandera / EL PILÓN
Andreina.bandera@elpilon.com.co

Categories: Informe
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