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2016 Un año bisiesto

Cuando tuve en mis manos el nuevo calendario hice lo que muy seguramente ya ustedes hicieron, lo primero, fijarme que la Semana Santa este año cae en la cuarta semana del mes de Marzo, que los lunes festivos este año suman 10, observé asimismo la fecha de mi cumpleaños, el de mi esposa -por supuesto-, y el de algunos de mis seres queridos. Por último, y es quizá el motivo que me inspiró para hacer este escrito, observé el número 29 con el que finaliza el mes de febrero; lo que significa que este año tiene un total de 366 días. Inmediatamente caí en cuenta que este año es bisiesto, fenómeno que ocurre cada cuatro años, lo que quiere decir que el año 2020, 2024, 2028, 2032 etcétera, también serán bisiestos. Pero acordémonos que toda forma de medir el tiempo es convencional, porque el verdadero dueño del tiempo es Papa Dios, sin demeritar, desde luego, los cálculos que en el pasado hicieron quienes inventaron el calendario Gregoriano y el calendario Juliano. Pero si usted pone en duda que la forma de medir el tiempo es fruto de una convención humana, lo invito a que nos devolvamos en el tiempo hasta llegar al año 1992 ¿recuerdan? Por esos días Colombia atravesaba por la peor crisis energética, fue el gobierno de César Gaviria Trujillo cuando el fenómeno de El Niño hizo de las suyas, a tal punto que hubo apagones y hubo la necesidad de hacer racionamientos además de comprar energía, lo que sirvió de excusa para que la corrupción también hiciera de las suyas. El punto es que, por orden de la Presidencia y, con el fin de aprovechar de mejor manera la luz del día, se ordenó adelantar nuestro horario 60 minutos, lo que se conoció como la hora Gaviria. Pero, si mi memoria no me falla, fue cuando el escritor Gustavo Álvarez Gardeazabal por aquel entonces alcalde de Tuluá, Valle del Cauca, promovió un movimiento contra la hora Gaviria y en pro de regresar al horario habitual, lo que a la postre se hizo a nivel nacional un año después.

Pero lo que resulta inobjetable, es que el tiempo es oro, así reza uno de nuestros dichos populares, y en verdad, hay que aprovecharlo al máximo. Justamente esa es la recomendación que respetuosamente les hago a nuestro alcalde Augusto Daniel Ramírez y a nuestro gobernador Francisco Ovalle Angarita quienes tienen la delicada misión de cumplir con el ambicioso programa de gobierno que se trazaron. Desde esta tribuna de opinión les deseo el mejor de los éxitos, y ojalá trabajen en equipo, pues de esta forma obtendrán mejores resultados. darioarregoces@hotmail.com

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