El movimiento social que generó en el año 2012 la muerte de Rosa Elvira Cely, que fue violada y empalada por un compañero de estudios en el Parque Nacional en Bogotá, sigue creciendo en Colombia y en las regiones especialmente.
De ese lamentable hecho nació la campaña ¡Ni rosa más! para rechazar los asesinatos de mujeres por el simple hecho de ser parte de este género. Los triunfos por así llamarlos, es que la ley colombiana aprobó el feminicidio como un delito, con penas diferentes a las de homicidios por otros hechos.
En Valledupar el tema no fue ajeno y en el resto del Cesar tampoco. Las mujeres reaccionaron y crearon movimientos, grupos para hablar del tema, jornadas de capacitación, y una Red de Voceros y Voceras para llevar el mensaje urgente de disminuir las violencias contra las mujeres, porque este departamento aparecía en ese momento entre los primeros con más casos de violencia.
Hoy el panorama es distinto. El Cesar ya no aparece entre los que registran más hechos violencias contra las mujeres, en ninguna de sus manifestaciones. Sin embargo, los casos persisten. Hoy la mujer se atreve a denunciar más, a hacer visible su situación, a reclamar más atención por parte del Estado y a exigir que se aplique como debe ser la Ley 1257 de 2008 y sus decretos reglamentarios. En eso, las autoridades del Cesar están rezagadas, aún faltan muchos aspectos por cumplir. Es un proceso que avanza a cuenta gotas, pero por lo menos ha mostrado resultados.
Hoy 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una fecha promovida por Naciones Unidas, que este año lanzó la campaña ‘16 días de activismo contra la violencia de género’, que va dese hoy y termina el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos, con el propósito de invitar a la sociedad a ponerse en acción para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas en todo el mundo.
Esto no es capricho. En el mundo una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual, especialmente por parte de un compañero sentimental. “El 35% de las mujeres y las niñas sufren alguna forma de violencia física o sexual a lo largo de sus vidas. En algunos países esta cifra asciende al 70%”, dice un informe de la ONU.
Estas cifras no son ajenas a Colombia, mucho menos al Cesar. Por eso las instituciones en el Cesar deben releer la Ley 1257 de 2008 y mirar en qué están en mora para ponerse al día con las mujeres. Ningún municipio del Cesar, ni siquiera su capital, ha dado muestras de un interés especial por el tema. En la Asamblea del Cesar tienen engavetado hace más de cinco años la propuesta de política pública de equidad de género que presentó una de las pocas mujeres que ha llegado a esa corporación (Yalile Pérez). ¿Será que en la Asamblea recién elegida, integrada solo por hombres, se desempolvará?