El martes 20 de junio pasó a la historia como un gran día para Colombia. Los astros se alinearon y el país recibió 3 excelentes noticias que en su orden fueron: la marcha denominada “de la mayoría”, el triunfo 0 a 2 de nuestra selección de mayores contra Alemania en territorio teutón y el hundimiento de la reforma laboral. 3 noticias que reafirman que, a pesar de la Constitución de 1991, Colombia sigue siendo el país del Sagrado Corazón. Analicemos las 3 noticias…
En las principales ciudades del país muchos colombianos marcharon -lamenté mucho con mi esposa no poder participar de la marcha por temas estrictamente laborales-, con el objetivo de enviar varios mensajes contundentes al actual gobierno, el de Petro, el del Pacto Histórico: ya no son la mayoría -todas las encuestas muestran cómo aumenta la imagen desfavorable y se reduce en la misma proporción la favorable del señor Petro-; las reformas resultan incómodas para la mayoría de la población; se puede hacer oposición con respeto, tranquilidad y sin quemar las ciudades -a diferencia de lo hecho por la izquierda marihuanera de este país que disparó los precios de la canasta familiar que nunca volvió a bajar afectando a los más pobres-; los escándalos de corrupción nos tienen cansados -parece que nos gobernaran los hermanos Moreno Rojas, recordemos los escándalos de Nicolás Petro, de Juan Fernando Petro, de Laura Sarabia-. El mensaje puede resumirse así: Petro está haciendo el bien muy mal y está haciendo el mal muy bien. “¡No más Petro!”
Colombia se jugó un partidazo en Gelsenkirchen y en su propio país y ante su hinchada, derrotó a Alemania con un 0 a 2 inobjetable. El resultado tiene muy mal parado al técnico Hansi Flick, que no ha obtenido resultados positivos últimamente. Este es el primer triunfo colombiano ante los alemanes en la historia, hay que celebrarlo porque pocas veces se dan estos marcadores. Si bien era un partido amistoso, el último de preparación para las eliminatorias mundialistas que se iniciarán en septiembre, ambos equipos pusieron a sus mejores jugadores en el campo. Los goles de Luis Díaz -cabezazo certero, impecable e imparable- y el penalti bien cobrado por Cuadrado -previa mano en el área-, determinaron el triunfo de la amarilla que esta vez jugó de rojo. El gol de Díaz se originó en un quite de balón presionado por Rafael Santos Borré, ese es el fútbol moderno que nos gusta ver en la tricolor. Partidazo que nos permite soñar. Importante que Néstor Lorenzo y su equipo técnico mantengan un plantel humilde, que siga trabajando y no se crezca porque esa película ya la hemos visto muchas veces: cuando llegamos de favoritos, salimos como pepa e’ guama. ¡Vamos Colombia! El mundial de Estados Unidos, Canadá y México nos está esperando. La mejor manera de olvidar la negra etapa de Reinaldo Rueda será volviendo al mundial de 2026.
Para finalizar esta columna hablemos del hundimiento de la reforma laboral. Ya antes se habían hundido la reforma política, el mal llamado proyecto de humanización penitenciaria -que increíblemente buscaba eliminar del Código Penal delitos como la injuria, a calumnia la inasistencia alimentaria y cuya aprobación permitiría que los presos salieran de las cárceles para trabajar esperando que regresaran a dormir, ¡pendejos!-; también se hundieron la Ley de Sometimiento -marco de impunidad que buscaba beneficiar a quienes financiaron la campaña presidencial del Pacto Histórico- y aquel proyecto que pretendía quitarle poder a la Procuraduría General de la Nación -en un claro revanchismo de Petro porque el Procurador Ordóñez le fregó la vida durante algunos días siendo alcalde de Bogotá-. Lo que Petro teme ahora que tiene la suerte de espaldas, es que las reformas de salud y la pensional, que siguen su trámite en el Congreso, terminen hundiéndose también en las legislaturas que están por venir. Esas reformas están vivas, pero corren serio peligro.
Las elecciones regionales auguran grandes derrotas para el gobierno Petro y eso se vio este 20 de junio. Esta Colombia que tanto nos duele empieza a despertar.