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2.853 menores de edad ejercen el trabajo infantil en el Cesar

FOTO/ARCHIVO.

Por lo menos 2.853 menores de edad ejercen el trabajo infantil en el departamento del Cesar, según cifras reveladas por el Sistema de Información Integrado para la Identificación, Registro y Caracterización del Trabajo Infantil, SIRITI.

De esa cifra, caracterizada por niños entre 5 y 17 años, San Diego es el municipio en donde más abunda esta situación con 1.003 casos presentados hasta la fecha, mientras que Aguachica con 366 menores es la segunda población en el Cesar con alto índice de niños en estado laboral. Valledupar tiene 31.

El trabajo infantil se define como todo trabajo que priva a los menores de edad de su niñez, su potencial y su dignidad, por lo tanto, es una forma de violencia contra niños, niñas y adolescentes que vulnera sus derechos, limita su plan de vida y su desarrollo físico y psicológico.

Frente a esta situación, el ICBF en función de su misión de trabajar con calidad y transparencia por el desarrollo y la protección integral de la primera infancia, la niñez, la adolescencia y el bienestar de las familias colombianas, implementa planes, programas y proyectos que permiten atender vulneraciones como el trabajo infantil.

María Ester Uhía, profesional especializada del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, perteneciente al grupo de asistencia técnica y coordinadora de la campaña Presente contra el Trabajo Infantil, aseguró que “este es un proceso que involucra a todas las instituciones del Sistema Nacional del ICBF, que consiste en hacer una búsqueda activa de menores de edad que estén desarrollando actividades laborales”.

Por su parte, Favio Montenegro, coordinador general de la Fundación Asocref, dijo que “debemos promover la línea 141 para que los ciudadanos denuncien este flagelo que sin duda le está cortando la niñez a los jóvenes, esta es una forma de violencia”.

Datos nacionales

Según una entrevista publicada por EL Tiempo, a la directora nacional del ICBF, Karen Abidinen, “en Colombia hay 869.000 niños y adolescentes entre los 5 y 17 años trabajando. Sin embargo, un menor entre los 15 y 17 años puede hacerlo siempre y cuando tenga permiso. Por eso nos concentraremos en los 357.000 niños que no pueden trabajar. Esta es la decisión más contundente para frenar esta práctica que los mantiene alejados del estudio, el juego y los pone en riesgo”.

Además, aseguró que desde el 2014 hasta enero de 2018 el instituto ha restablecido los derechos de más de 5000 niños que estaban en esta situación.

La directora del Icbf explicó a El Tiempo que cuando el instituto identifica una familia que tiene menores de edad en trabajo infantil, se realiza un acercamiento con ella para conocer cuáles son las causas que generan la problemática. “Si es por negligencia de la familia, la autoridad administrativa puede amonestarla y obligar a los padres a asistir a un curso pedagógico sobre los derechos de la niñez, el cual se encuentra a cargo de la Defensoría del Pueblo. En caso de incumplimiento se puede imponer una amonestación, equivalente al valor de uno a cien salarios mínimos diarios legales vigentes, convertibles en arresto a razón de un día por cada salario diario mínimo legal vigente de multa. Esta sanción será impuesta por el Defensor de Familia”.

Las consecuencias

De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, las consecuencias del trabajo infantil, son:

  • Profundiza la desigualdad y exclusión social. ? Vulnera los derechos humanos fundamentales de la infancia y la adolescencia.
  • Acelera el proceso de maduración.
  • Impide o limita el adecuado proceso educativo.
  • Enfrenta al niño a un ambiente adulto.
  • Genera la pérdida de la autoestima, problemas de adaptación social y traumas.
  • Dependencia de fármacos (Consumo de sustancias psicoactivas).
  • Retraso en el crecimiento (talla y peso).
  • Exposición a situaciones de violencia, maltrato físico, psicológico, abuso sexual.
  • Heridas, quemaduras y amputaciones.
  • Dolores en las articulaciones y deformaciones óseas.
  • La pérdida promedio de 2 años de escolaridad a largo plazo significa un 20% menos de salario durante toda la vida adulta.
  • Pérdida de poder adquisitivo del mercado nacional.
  • La pérdida de años de educación se traduce en una calidad inferior del capital humano disponible en una sociedad.

Tiene una incidencia negativa en el crecimiento de la economía.

“Una cosa es cuando los niños esporádicamente ayudan a los papás a las diferentes tareas. Eso es muy diferente a cuando un niño todos los días debe tener jornadas extenuantes, muy tempranas, para ordeñar la vaca o tiene que trabajar en un semáforo”: ICBF.

Nibaldo Bustamante/EL PILÓN

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