En 1998, 74% de los abortos clandestinos que se presentaban en la ciudad de Valledupar correspondían a la población de adolescentes, hecho que alarmó a los habitantes y llamó significativamente la atención de Carmen Alicia Rivera Molina, una vallenata, sensible, que se preocupó por el bienestar de las menores de edad.
La inquietud y el amor por el servicio social conllevaron a esa dama a tomar la iniciativa de crear un método que coadyuvara con esa situación y redujera ese porcentaje degradante para el Municipio. Por tal motivo ideó un plan que permitiera a las niñas tener un lugar especial para ser atendidas, al igual que sus bebés.
Fue así como nació la Casa Taller Adolescente Embarazada: un centro de empoderamiento y protección de la mujer que está ubicado en el barrio Los Mayales, al sur oriente de la capital del Cesar, en donde las menores de edad, de estratos 1 y 2, reciben la atención necesaria durante y después de su periodo de gestación.
En dicho lugar, las pequeñas, en edades promedios de 13 a 16 años, aprenden a asumir una responsabilidad como madre, cuidan a sus bebés, y pese a los periodos de tristeza que, regularmente pueden tener por estar alejadas de sus familiares, se adaptan al lugar, dejando atrás los maltratos y agresiones a las que alguna vez fueron sometidas.
Vulneración que prefieren dejar en el pasado y comenzar una nueva vida, con aquellos bebés que, al principio, fueron rechazados y hoy les dan alientos para salir adelante.
“Tenemos procesos espirituales para ellas, tanto de parte de la iglesia católica como de aquellas que manejan el tema de desarrollo del ser. Así mismo, existen convenios con las universidades públicas y privadas para hacerlas profesionales” explicó Carmen Alicia Rivero Molina.
La representante de la fundación Casa Taller de la Adolescente Embarazada manifestó que “tenemos aval del Ministerio de Salud como centro de práctica para la especialidad de Salud Familiar, ante lo cual accedemos a convenios con algunas universidades como la Popular del Cesar, Universidad de Santander para tener practicantes de psicología, derecho, enfermería, entre otros”.
Estos profesionales coadyuvan a la disminución de los problemas y la asimilación de los mismos por parte de las menores que son afectadas por una descomposición social y deterioro del tejido familiar, sumado a la falta de apoyo por el núcleo, falencias que a través de dichos procesos logran superarlas, según la psicóloga, Adriana Vetel Ochoa.
“Hemos tenido casos de niñas que han sido abusadas. Nos ha tocado afrontar un trabajo muy fuerte, sin embargo tenemos niñas que son profesionales, todas aprenden un oficio y para eso tenemos apoyo de diferentes instituciones como el Sena, que les enseña actividades de acuerdo a sus intereses, ya sea panadería, modistería, lencería, entre otros”, especificó Rivera Molina.
La psicóloga Adriana Vetel Ochoa, manifestó que la adaptación de las menores en la Casa Taller es fuerte para ellas, pero al final es de gran aceptación.
“A ellas se les hace un proceso de atención de acuerdo a las problemáticas, en donde tienen un proceso psicológico, médico, nutricional y se les aportan las dotaciones necesarias. Cada adolescente maneja un periodo diferente, las dos primeras semanas son bastante difíciles pese a que aquí logran un respiro por dichos maltratos. Una incongruencia que logran sobrellevar” dijo Vetel Ochoa.
De igual modo, la mujer especificó que dentro de la entidad un instructor les brinda asesorías constantes a las menores para realizar lencerías para bebé, algo que las ha motivado y cambiado sus pensamientos y sentimientos hacia las criaturas que llevan en sus vientres.
“Hemos tenido casos de niñas que llegan y ni siquiera quieren bañarse. Me quito el sombrero porque no ha sido fácil. Una menor a pesar de haber sido violada por 13 personas y de pegarse en la barriga, aprendió a leer, escribir, hizo curso con el Sena de manipulación de alimentos y quiere salir adelante, ya quiere a su niño y le pregunta en el vientre si quiere comida” especificó.
“Tenemos el área de trabajo social, nutrición, apoyo espiritual y ocupacional y de allí se desprenden algunos equipos, además de universidades que nos apoyan, también contamos con el hospital Eduardo Arredondo Daza, que se han comprometido con este proceso y nos han permitido en el proceso de planificación familiar, salud sexual y reproductiva y demás” dijo la representante legal del centro.
*El Leonidas las educa
Un convenio de la Casa Taller de la Adolescente Embarazada les permite a las menores tener un espacio de aprendizaje, donde puedan terminar sus estudios de bachiller.
Se trata del colegio Leonidas Acuña, que envía a sus docentes hasta el centro para darles clases especializadas a las infantes, las que dependiendo de su nivel de conocimiento adquieren los módulos.
*Una abuela satisfecha
Nuris Parra, de 54 años, es abuela de una menor de 13, que fue criada por ella debido a algunos problemas familiares que conllevaron al padre de la infante a pelear ante el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar su potestad.
“Ella tuvo un fracaso con un novio y quedó embarazada. La niña cambió bastante, se puso nerviosa y se quiso ir de la casa, pero gracias a Dios encontramos un lugar donde se sintiera bien, aquí (en la Casa de la Adolescente Embarazada), me han ayudado mucho, me han dado mucho apoyo)” mencionó la señora.
Agregó “ella me dice: mami aquí me tratan muy bien. Porque en este lugar no me la maltratan, al contrario me aconsejan que cuando se vaya para la casa no las tratemos como reinas”.
*Reconocimientos
Según Carmen Alicia Rivera, varios han sido los reconocimientos obtenidos por la Casa Taller desde el ámbito local hasta internacional.
“Nuestro trabajo fue llevado como modelo a Marruecos, por la Doctora María Teresa de Saade, exministra de Salud, quien al ver el centro indicó que no parecía un lugar para atención, sino una casa hogar o finca, con unas instalaciones apacibles” indicó.
Y es que ese es el ambiente que se percibe al llegar al sitio. La dimensión del terreno y sus zonas verdes permiten que las pequeñas y sus bebés tengan un espacio natural y adecuado para su tranquilidad, lejos de los terribles momentos que pasaron en sus casas o calles al ser sometidas al maltrato, violación o prostitución.
“En este momento somos el único centro de la Costa Atlántica con las mejores condiciones. Y podemos decir a boca llena, que a nivel del país no existen una fundación con las garantías y las instalaciones que nosotros tenemos y que ha hecho con aporte del sector privado, de la fundación, aporte de los asociados y venta de servicios. Eso nos ha generado un posicionamiento de la comunidad” reiteró Carmen Alicia Rivera.
“Somos la ciudad con mayor índice de embarazos en adolescentes en la Costa Caribe y a nivel nacional estamos en el tercer lugar”: directora de la Casa Taller de Adolescente Embarazada.
Puntos de vista
Eva Bello Martínez, madre de una menor
“Le agradezco mucho a la fundación, porque mi hija ha cambiado mucho, ha sido una niña que logró salir de ese trauma que tuvo al saber que estaba embarazada”
Belinda Villegas,madre de una menor
Mi hija ha salido adelante, me hablan bonito de ella, esto ha sido un apoyo para ella, porque en estos momentos tiene 18 años.
Por Merlin Duarte García/El Pilón
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