José María Teherán es conductor de bus hace 27 años, el color moreno de su piel refleja el paso de los años hostigados por el sol inclemente de esta ciudad a la que llegó desde joven y conoce como la palma de su mano.
El hombre que supera los 60 años, recuerda como inició su oficio a bordo de unos carros camperos a los que le llaman en esta región ‘yuqueros’. “El señor Franklin Quintero fue el que inició el transporte público en esta ciudad, solo había cinco carros que llegaba a Garupal”, dijo el conductor quien aseguró que desde los años noventa a la fecha han cambiado muchas cosas en ese oficio.
José María, inicia su jornada laboral a las 4: 00 de la mañana encomendándose primero a Dios y a su patrona la Virgen de Carmen, devoción que adquirió desde los cinco años en su natal Urabá, Antioquia.
“No hay un solo día que salga de mi casa sin pedirle protección a Dios y a su madrecita, en la jornada laboral tenemos que enfrentarnos a muchas cosas, por eso le pido que me cuide y a todos los pasajeros que se bajan y se suben en mi carro”, expresó el conductor.
Esa petición la hace cada uno de los miembros de los conductores y transportadores que se encomiendan antes de iniciar su jornada laboral, no solo hoy por ser 16 de julio. La otra petición que tienen los conductores para su patrona, es una solución para la crisis que afrontan los trasportadores de servicio público en esta ciudad.
Según manifestó José Gil, gerente de Cootranscolcer, el servicio de transporte público de Valledupar lo está acabando la piratería y la falta de apoyo institucional.
El líder del gremio manifestó que “lo que pedimos a nuestra patrona es que el alcalde de Valledupar, Augusto Ramírez nos escuche, que por favor nos dé la mano porque la verdad es que creo, así como vamos no vamos a poder sacar la Virgen del Carmen el año entrante, estamos muy preocupados”, enfatizó.
Mientras la virgen les concede esa petición los conductores celebraran esta fecha importante con una ceremonia religiosa, una caravana por la ciudad y luego cada empresa se integra con los conductores y sus familias, algunas tendrán almuerzo especial y otras jornadas deportivas.
Tradición
Los transportadores colombianos la adoptaron como su patrona por la protección e intercesión que se le atribuye a la Virgen del Carmen en situaciones de peligro. Es común ver en las carreteras colombianas santuarios levantados en honor a la Virgen con decenas de velas alrededor, y farolas de los carros puestas por los conductores que pasan por el lugar y se detienen a orarle. Igualmente, los conductores mandan a bendecir escapularios e imágenes los cuales cuelgan y pegan en sus vehículos a manera de escudo protector.
El origen de esta devoción se sitúa en la Región Caribe de Colombia; en casi todos los municipios de los siete departamentos de la región norte del país, en Valledupar se le rinden diversos homenajes a la Virgen del Carmen en su día y los conductores participan de las procesiones en honor a su patrona engalanando sus vehículos y haciendo sonar pitos y bocinas.
En esta ciudad las empresas privadas y públicas de trasportadores hacen una celebración religiosa, per una de las jornadas más representativa se vive en el barrio El Carmen, en el centro de la ciudad, donde se sigue preservando la tradición de esta celebración que se remonta a los años 50, tiempos de la llegada de familias desde Norte de Santander, que se asentaron en este lugar y lo nombraron de esta forma, en honor a la Virgen del Carmen.
Los devotos de la Virgen se integran en las actividades religiosas organizadas por la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, con las actividades culturales y deportivas que se realizan en el barrio.
A las 4:00 de la tarde se realizará una eucaristía y al finalizar, se llevará a cabo la tradicional procesión por las calles del barrio que lleva su mismo nombre.
Reseña
Según la iglesia católica, la tradición carmelita el día de Pentecostés, ciertos de piadosos varones que habían seguido la traza de vida de los Profetas Elías y Eliseo, abrazaron la fe cristiana, siendo ellos los primeros que levantaron un templo a la Virgen María en la cumbre del Monte Carmelo, en el lugar mismo desde donde Elías viera la nube, que figuraba la fecundidad de la Madre de Dios.
Estos religiosos se llamaron Hermanos de Santa María del Monte Carmelo, y pasaron a Europa en el siglo XIII , con los Cruzados, aprobando su regla Innocencio IV en 1245.
El 16 de julio de 1251, la Virgen María se apareció a ese su fervoroso servidor, y le entregó el hábito que había de ser su signo distintivo. Inocencio bendijo ese hábito y le otorgó varios privilegios, no sólo para los religiosos de la Orden, sino también para todos los Cofrades de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Llevando éstos el escapulario, que es la reducción del que llevan los Carmelitas, participan de todos los méritos y oraciones de la Orden y pueden esperar de la Stma. Virgen verse pronto libres del Purgatorio, si hubieran sido fieles en observar las condiciones impuestas para su uso.