Visionario, hombre de talante político, destacado en el campo industrial y agrícola, excelente líder cívico y gremial, aristócrata nato y populista bien instruido, son algunos de los epítetos con los que en su momento diferentes personalidades del Cesar y La Guajira se refirieron a Jorge Dangond Daza, hijo del general conservador Beltrán Dangond, que había luchado en la Guerra de los Mil Días.
Dangond Daza nació en Villanueva, La Guajira, el 24 de octubre de 1922 y murió el 11 de diciembre de 2008. Como escritor, dejó dos importantes obras literarias –‘Renacimiento de Valledupar’ y ‘De París a Villanueva, memorias de un vallenato’– y como político es recordado por haber sido alcalde de Valledupar en dos oportunidades, gobernador del Cesar y Senador de la República.
En el libro De París a Villanueva, memorias de un vallenato, Dangond Daza describió a su padre [Beltrán Dangond] como “pionero de anteproyectos y construcciones de caminos carreteables y transporte automotor en el antiguo departamento del Magdalena Grande” y narra con disposición de cronista meticuloso su primera travesía por senderos de herradura.
“En diciembre de 1925, llegó el general Dangond a Santa Marta, montado en su brioso y extraordinario caballo alazán, con un ambicioso proyecto: la adquisición de un automóvil Ford modelo 1925 […]. Pagó la suma de setecientos cincuenta pesos y contrató los servicios del mecánico chofer Leoncio Yoardo, quien, por un período de más de 3 años consecutivos fue su fiel compañero en la realización de sus aventuras por los caminos de herraduras del Magdalena Grande”.
También apunta el frenesí y la curiosidad desatadas que ocasionó ese armazón andante en municipios de La Guajira, como Distracción, Fonseca y San Juan del Cesar.
“Después de transitar lentamente por algunas calles de Distracción y comprobar que el automóvil estaba en perfectas condiciones para iniciar la primera etapa del recorrido, el general Dangond y su hijo Silvestre Dangond Daza, se trasladaron en su automóvil Ford a Fonseca, San Juan del Cesar y Villanueva, poblaciones donde el entusiasmo fue desbordante […]. En Villanueva, la banda de música del maestro Manuelito Fernández no podía faltar y alegraba con sus ritmos lo que fue considerado el mayor acontecimiento de la década que va de 1920 a 1930.
De igual modo, en el carro del general Beltrán se hicieron las rutas ‘por el camino real: Villanueva – Urumita – Guacoche – Valledupar’ y San Juan del Cesar – Villanueva – Valledupar – Valencia – Las Pavas – Caracolicito – Fundación, “previendo obstáculos insalvables y haciendo situar bueyes, mulas, diferenciales y herramientas diversas que Leoncio Yoardo consideró necesarias para vencer los obstáculos naturales de los ríos Cesar y Badillo”.
Un caso desafortunado de la época, producto de la aparición del Ford modelo 1925, se registró en las calles del viejo Valledupar, cuando “una anciana murió a consecuencia de un infarto que le sobrevino por la impresión aterradora de ver en la oscuridad de la noche las luces del automóvil que ella confundió con los ojos desorbitantes del diablo y exclamó antes del último suspiro: ¡Dios mío es el espíritu del mal!”.
Los logros del general Beltrán dieron lugar a que el entonces gobernador del Magdalena Grande, Nicolás Dávila, manifestara su entusiasmo y complacencia por el éxito alcanzado […] En Fundación, Magdalena, “disertó sobre el significado para el progreso que facilitaría la gestión administrativa del Gobierno. Dijo que el general Dangond con su hazaña acababa de demostrar la factibilidad de construcción de carreteras en el departamento del Magdalena”.
Y así, se fueron impulsando vías que “en un futuro no lejano sirvieron de ante-proyecto para la construcción de caminos carreteables ordenados personalmente por el presidente de la República, Alfonso López Pumarejo y su ministro de Obras Públicas, César García Álvarez en 1935”.
Dicho lo anterior, se pudiera afirmar entonces de Jorge Dangond Daza, en relación con su padre, que “de tal palo, tal astilla”; y de los hijos de este: Jose Jorge Dangond, fundador del canal regional Telecaribe; Fernando, neurólogo e investigador; Elsie, abogada y empresaria; Leonor Elisa, abogada y escritora; Eduardo, abogado y ganadero y Maria Elisa, periodista y empresaria.
Por: Alexander Gutiérrez