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¿Y del mototaxismo en Valledupar, qué?.

A riesgo de volvernos monotemáticos, hoy debemos volver a referirnos a uno de los dolores de cabeza que tienen los habitantes de las principales ciudades de la Región Caribe: el problema del mototaxismo. Asumimos el riesgo, teniendo presente nuestra obligación de orientar a la opinión de manera oportuna y preventiva.
Para nadie es un secreto que el mototaxismo, en Valledupar y otras poblaciones del Cesar, se ha convertido en un  problema complejo, que tiene muchas aristas: económicas, sociales y operativas, desde el punto de vista de los usuarios y también de los propietarios de los vehículos.
Sin embargo, nos preocupa, por elemental buen sentido, que buena parte de las motos que dejarán de de circular en Barranquilla, debido a las duras medidas puestas en marcha por el Alcalde Alejandro Char, genere un aumento en el número de motos en circulación en Valledupar, como también en otras ciudades de la Costa.
La información extraoficial que hemos conocido nos indica que estarían entrando a Valledupar, de manera clandestina, obviamente, cientos de motos en camiones para entregarlas y ponerlas a operar en la ciudad como transporte público. Esto sería grave para la ciudad y complicaría un problema que ya hoy tiene mil cabezas.
Consideramos oportuno alertar a la Alcaldía de Valledupar, y en particular a la Secretaría de Tránsito y Transporte, sobre la necesidad de estar pilas para impedir que la ciudad se nos llene de nuevas motos. Sobre este particular, es clave la labor que viene realizando la Policía Nacional, entidad que debe aumentar sus controles en los principales puntos de acceso a la ciudad, principalmente en la vía a Bosconia.
También la comunidad debe estar alerta y avisar discretamente, pero con valor, a las autoridades de Tránsito y de Policía sobre indicios de esta situación.
Somos conscientes de que el mototaxismo es una alternativa de ingresos para muchas personas desempleadas, que de allí derivan unos recursos para sobrevivir. Es el caso del que tiene una sola moto y vive de lo que la misma le da. Pero, también debemos advertir, como es voz populi, que existen en la ciudad verdaderos empresarios con diez, veinte y hasta cincuenta motos, que las entregan para trabajar, sin tener en cuenta las normas de seguridad, los controles del tránsito y sin afiliar a estas personas a la seguridad social ni a nada. El mototaxismo es un gran negocio que mueve al día miles de millones de pesos y que en la gasolina ilegal tiene buena parte del fundamento de su rentabilidad.
Las autoridades municipales de Valledupar están en mora de adoptar correctivos encaminados a poner en cintura el fenómeno del mototaxismo. Insistimos en que se debe ver su lado social, pero eso es cierto en parte; también está el tema económico y los problemas de movilidad e inseguridad que conlleva y que, tarde que temprano, se nos van complicar. En Barranquilla el Alcalde Char dio un buen ejemplo de aplicación de la Ley…
Y en Valledupar qué?…, nos preguntamos. Se va a seguir permitiendo el ingreso de más motos, aumentando el problema. La solución no es fácil y debemos volver a insistir en que el primero que ha pecado por omisión en el tema es el gobierno nacional, comenzando por el Ministerio de Transporte; pero los alcaldes también tienen instrumentos jurídicos para atacar el problema o – por lo menos- para impedir que se siga agravando, como puede suceder en Valledupar como consecuencia de lo ocurrido en la Capital del Atlántico.
El tema del mototaxismo ha sido una preocupación recurrente de esta casa editorial, sobre el tema apoyamos la realización de un Diálogo de Ciudad, convocado y dirigido por el fundador de este periódico, el abogado Dickson Quiroz Torres, quien lideró un foro amplio sobre el tema en el cual también participaron gremios de mototaxistas. Sería bueno que las autoridades municipales revisaran algunas de las reflexiones y conclusiones de ese foro.
Adicionalmente, y relacionado con el mismo problema, debemos rechazar el anuncio de un grupo de taxistas de la ciudad que amenazan con irse a un paro el próximo 8 de febrero, precisamente por pedir controles al mototaxismo y a la ilegalidad en la operación de taxis matriculados en otras ciudades. La administración debe escuchar las peticiones de los taxistas, como también a los mototaxistas, para buscar soluciones a la movilidad de la ciudad en el corto plazo. Ojalá que acá no suceda lo que pasó en Barranquilla, donde la implantación de controles al mototaxismo generó serios problemas de orden público, pero la ley es la ley…

Categories: Editorial
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