Reflexiones de Tío Chiro y Tío Nan:
Por Aquilino Cotes Zuleta.-
Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan regresaron ayer a Valledupar, procedentes de nuestra hermana República Bolivariana de Venezuela en donde estuvieron disfrutando de unas merecidísimas vacaciones.
Pero aunque estaban ausentes de cuerpo, se mantenían bien informados de los aconteceres de la región y del país.
Tío Chiro preguntó enseguida por sus compadres y amigos vallenatos: el médico Maxilofacial Hernando Osorio y el abogado Jesús Palmera.
Bien temprano los fui a recoger al terminal de buses de Valledupar y los encontré arrinconados y temblorosos cerca de un tumulto de gente. Se alegraron mucho cuando me vieron, pero los sentí indecisos, frágiles y hasta con miedo.
Sin embargo, los ojos de Tío Chiro y Tío Nan brillaron de alegría cuando vieron que me acercaba a ellos.
Los fui a recoger solo, pero me llevé en la mochila la pistola Beretta 92 que me regaló hace dos años Tío Nan. Es una arma muy sofisticada que me trajo de Italia, pero que nunca he usado ni usaré, la mantengo en mi casa escondida, parecido como guarda su celular mi cuñada Luisa Rincones López, que casi nunca lo encuentra cuando la llaman.
Mis consejeros periodísticos notaron que portaba el arma y me propusieron que la sacara de la mochila, que la llevara en las manos, pero hice caso omiso al llamado, tras indicarles que no había necesidad de esgrimir ninguna arma de fuego en un lugar tan seguro como creo yo que es el terminal de buses de Valledupar.
Sin embargo, Tío Chiro y Tío Nan caminaron pegaditos a mi lado, mirando para todas partes, estaban súper nerviosos. Llegamos a mi carro, nos subimos y Tío Nan dijo: “arranca Aquilino, arranca rápido”.
Yo sonreí y arranqué.
Los dos se sentaron en la parte trasera del carro, iban pegaditos, como mimados y acobardados. Confieso que me empezó a preocupar la tragedia de mis consejeros periodísticos.
“Hay que tener cuatro ojos aquí en el valle, porque de cualquier parte salen dos o tres delincuentes con armas automáticas y te atracan”, dijo Tío Chiro mientras apretaba con su mano derecha uno de los bolsillos del pantalón.
“Eso es cierto compadre, uno ve policías con retenes por todas partes, policías deambulando por todas partes y requisando, pero cuando se presenta un atraco no hay un Policía, desaparecen como por arte de magia”, agregó Tío Nan.
“Nosotros estamos enterados de todo, sabemos que aquí en Valledupar los ladrones atracan a todo el mundo, sabemos que los ladrones usan solo dos marcas de motocicletas con atuendos muy conocidos y hasta nos han dado las características morfológicas de esos delincuentes y al verlos los conocemos”, denunció Tío Chiro.
“Allá en Venezuela nos enteramos cómo los atracadores actúan, cómo planean y cómo montan los operativos para atracar casas, apartamentos, colegios, almacenes, restaurantes, tiendas y a los transeúntes y quien haga oposición le pegan un tiro y lo matan”, explicó Tío Nan.
“Ayer no más nos contaron cómo la delincuencia campea por la ciudad así como campean los policías por las calles, casi que en cada esquina. Pobrecitos esos muchachos (as) de la Universidad Popular del Cesar, los atracan todos los días”, acotó Tío Chiro.
Le cuento amigo lector que estaba sorprendido de mis consejeros periodísticos, de cómo están enterados de todo lo que pasa en Valledupar.
“Lo que no entendemos es cómo se escabullen esos delincuentes por las narices de los policías y hacía dónde van a esconderse con el dinero y los objetos robados?”, preguntó Tío Nan.
“Eso es compadre, quién o quiénes están escondiendo a los ladrones y sicarios en Valledupar?. ¿Por qué los ladrones se mueven tan rápidos en la ciudad para esconderse y nadie los ve sino cuando llegan a cometen sus fechorías y luego se evaporan?”, preguntó Tío Chiro.
“El señor Comandante de la Policía del Cesar debe averiguar con prontitud: ¿quién está escondiendo a los ladrones?, en vez de salir a declarar que están haciendo una exhaustiva investigación”, concluyó Tío Nan. Hasta la próxima semana.
tiochiro@hotmail.com