EL TINAJERO
Por José Atuesta Mindiola
La celebración del Bicentenario de la Independencia de Colombia no se inicia con el episodio del Florero de Llorente en Santafé el 20 de julio de 1810. El 22 de mayo, de ese mismo año, en Cartagena se gesta un movimiento rebelde que puso en el poder a una Junta de gobierno en nombre de Fernando VII, y se consolida el 14 de junio, día que se deportó a La Habana (Cuba) al gobernador, Francisco Montes.
La chispa revolucionaria se encendió en otras provincias, como Cali (3 de julio), Pamplona (4 de julio) y el Socorro (10 de julio), con reemplazos de sus respectivos corregidores. De tal manera que lo sucedido en Santafé fue la suma de voces que se venían escuchando en toda la geografía de la Nueva Granada; pero tuvieron como antecedentes la Declaración de Independencia de los Estados Unidos del imperio británico (1776) y las influencias del movimiento intelectual del siglo XVIII, conocido como la Ilustración o ‘Siglo de las Luces’, que fue el puente ideológico de la Revolución francesa (1789).
Este movimiento, por su innovación en el campo de las ideas políticas y por su creencia en la razón como guía del espíritu humano, formó en la Nueva Granada una generación con visión de mundo centrada en la ciencia, el naturalismo y un ambiente de libertad. Entre sus miembros estuvo el santafereño Antonio Nariño, que con la traducción de la Declaración de los Derechos del hombre y del Ciudadano (1794), popularizó los principios de libertad, igualdad y fraternidad, que pronto se convierten en la bandera para la Independencia.
El Florero de Llorente es una estratagema de líderes granadinos como Francisco José de Caldas, Miguel de Pombo, José Acevedo y Gómez, Camilo Torres y José María Carbonel, para organizar revueltas populares en contra el mal gobierno del Virrey y exigir Cabildo Abierto con el fin de definir los destinos de la patria. Después vendría el general Simón Bolívar, para converger los ideales de otros héroes, entre ellos, Francisco de Paula Santander, José María Córdova, Antonio José de Sucre y liderar el gran ejército libertador en numerosas batallas, hasta lograr la independencia el 7 de agosto de 1819.
¿Cómo debemos celebrar el Bicentenario de la Independencia? En esta respuesta coincidimos muchos colombianos:
Debemos celebrar con un sentido de exaltación y gratitud a los héroes de la patria, y exhortar a los gobernantes a la defensa de los principios fundamentales de los derechos civiles, políticos y laborales. A resaltar el estricto cumplimiento de la libertad, igualdad y fraternidad. Que la corrupción se reduzca a la mínima expresión, que los dineros oficiales sean invertidos acatando los principios de trasparencia, eficiencia y economía. Que se propicie y se proteja la agricultura y la industria nacional. Que se protejan los ríos, la biodiversidad y el medio ambiente. Que el trabajo sea un derecho de oportunidades y de respeto, que haya salarios dignos. Que se modifiquen las bolsas de empleos, porque ellas son una forma moderna de recrudecer la explotación y la esclavitud laboral. Que el servicio de salud sea eficaz y eficiente, no más paseo de la muerte, ni carencia de implementos y medicamentos en hospitales y clínicas.
No estimular la falsa conciencia ciudadana ni la insolidaridad, con el pago de recompensas. Hay que fomentar el sentido de la responsabilidad y el deber ciudadano de denunciar. Que el estado se fortalezca con el imperio de la justicia y de la ley en defensa de la vida y la seguridad de las personas. Que la ley sea estricta para todos los delincuentes, y las sanciones y penas estén acordes con el delito: impedir que no haya niños sicarios exonerados de judicialización porque la laxitud de las leyes motiva esta clase de delito.
EL BICENTENARIO
Se acerca el Bicentenario
del grito de Independencia,
con la patria en la conciencia
e ideales libertarios
es un deber necesario
de todos los colombianos
abrazarnos como hermanos
para exaltar el valor
del sueño libertador
contra el poder del tirano.