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¡Sin alternativas electorales!

Por: Luis Napoleón de Armas P.

Yo sé perfectamente que mediante una muestra representativa de una población, se pueden inferir características generales de ella con algún grado confianza. Pero se, también, que se pueden inducir resultados erróneos; en un proceso electoral, donde hay intereses específicos de por medio, hay que estar atentos. Muchos se quejan de que jamás han sido encuestados y afirman que los resultados son de laboratorio. Además, podemos hacer alguna crítica sobre la forma de estratificar la población para elaborar la muestra; sería bueno saber, por ejemplo, si en Valledupar alguien fue escogido y de cual sector social porque unos pueden ser los intereses del estrato A y otros los del F; la cultura del objetivo encuestado también es significativa a la hora de escoger la muestra. Tengo mis dudas sobre la idoneidad de los recientes  sondeos hechos por los medios cercanos al gobierno (es como cocinarles a los hijos). De ser idónea la encuesta, podemos concluir que Colombia vive una de dos situaciones socio afectivas y/o políticas: o estamos satisfechos con las condiciones del país, o estamos frente a un fenómeno de alienación colectiva. Yo, en particular, me inclino por lo segundo. Con los indicadores que nos miden, no es como para desear el continuismo.  La ONU acaba de publicar los grados de concentración de la riqueza en el mundo, donde Colombia es una vergüenza; el 10% de los más ricos concentra el 49.1% de la riqueza, mientras que el 10% más pobre solo tiene el 0.9%; solo nos supera Brasil, en la región, pese a Lula, con el 50.6% de concentración. Este resultado concuerda con un reciente estudio hecho por Cedes de Uniandes en el cual se expresa que el Gini, un indicador de la concentración, pasó de 0.55 a 0.875 entre 2005 y 2009. Para quienes no tengan claro lo que esto significa, el Gini es “0” cuando la distribución es equitativa y “1” si es la más inequitativa; estamos llegando a este tope despiadado. Por otro lado, según la Misión Pobreza, en el país, los más ricos se quedan con el 30% del gasto público social. La misma fuente señala que los de mayores ingresos reciben el 86% de las pensiones, quedando solo el 0.1% para los más pobres. El modelo económico de crecimiento de la riqueza, exonerando de impuestos al gran capital y grabando la nómina, es una de las razones de esta aberrante situación, amén, de que no genera empleo; por eso el índice de desempleo hoy es de 14%. Según la Encuesta Nacional de Verificación de los Derechos de los Desplazados 760.000 familias desplazadas entre 1998 y 2008, abandonaron 5.5 millones de Ha, hoy en manos de algunos de los partidos victoriosos en el debate electoral pasado. De ellos, el 97% está en la línea de pobreza y el 80% en la de miseria. Sería bueno saber si una muestra de esas familias respondió las encuestas; porque si lo hicieron y le dieron su voto a Santos/Noemí, nada hay que hacer. Si esto no es alienación, ¿qué es? Toma vigencia una dura sentencia de Alvaro Gómez: “Nada podemos esperar de este oscuro e inepto vulgo”. Yo diría, aquí no tenemos zambos sino zombies. Nos quedamos sin alternativas para votar; lo único que hará la diferencia es el voto en blanco y sálvese quien pueda.
Fé  de erratas. En nuestra entrega pasada se lee: la franja de Mockus y Petro es inelástica; este es un lapsus; debe leerse: “elástica”.
napoleondearmas@hotmail.com

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