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¡Que vivan los estudiantes!

BITÁCORA

Por: Oscar Ariza Daza

El pasado viernes asistí en representación de la Universidad Popular del Cesar al III Encuentro Nacional de Artes y Ciencias del Lenguaje en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, en Tunja. A pesar de la parálisis de la universidad, logramos encontrar dentro de la misma un espacio para compartir desde la academia los distintos enfoques investigativos sobre literatura y música.
Encontrar la universidad relativamente vacía pone a pensar en lo importante que son los estudiantes en la consolidación de una comunidad académica que hoy empiezan a despertar, después de muchos años de silencio, en los que se hostigaron a los movimientos estudiantiles estigmatizándolos de auxiliadores de grupos subversivos y persiguiéndolos hasta el exterminio, más en unas universidades que en otras.
Hoy casi todas las universidades públicas del país están paralizadas por los estudiantes quienes piden frenar la reforma a la Ley 30, pues la acusan de lesiva para el futuro de los jóvenes que estudian y aspiran estudiar en estos centros educativos en los que el Estado tiene y deberá tener la máxima responsabilidad en el mantenimiento de ellos.
Desde la Universidad Nacional, hasta las universidades de provincia como la Universidad Popular del Cesar, los estudiantes se han organizado para hacerle saber al Gobierno su inconformidad ante las amenazas y riesgos que se  aproximan con la reforma a la Ley 30.  Si bien cierto que esta reforma  expresa en algunos puntos una intención de fortalecer el esquema económico, académico e investigativo de las universidades públicas, en otros, pone en riesgo la supervivencia de universidades que aún no están consolidadas por innumerables factores.
Aunque se hace necesario un análisis minucioso de la propuesta presentada por el Gobierno en cabeza del Ministerio de Educación Nacional para evitar los malos entendidos y la manipulación de la información por partes de aquellos que les interesa sembrar un ambiente de caos e inestabilidad en las universidades, la única intención de este comentario, es resaltar la importancia de la movilización estudiantil, que sigue mostrándole a Colombia que los  universitarios continúan preocupados por la situación del país en lo que atañe  a la calidad de la educación, al problema del desempleo y la corrupción desenfrenada.
Los  universitarios están pronunciándose y haciendo valer su voz. Esto es sumamente importante, porque son ellos quienes tienen la misión de conducir al país por un sendero distinto al de hoy, que fue pensado desde 1991, cuando los mismos universitarios, a través de la séptima papeleta, propusieron una nueva Constitución, que lastimosamente algunos politiqueros del Congreso de la República desviaron de su propósito fundamental que era conducir a Colombia por la vía de la modernidad, con un nuevo orden jurídico, administrativo y ético regulado por la institucionalidad.
El esfuerzo de los jóvenes continúa vigente, pese al mal manejo que los gobiernos y congresistas han hecho de la Constitución Nacional, cambiándola en un alto porcentaje o acomodándola a intereses propios, de gobiernos de turno o de multinacionales. Hoy el movimiento estudiantil en buena hora está vivo y empieza a crecer, incluso en la UPC, donde se vivieron años de absoluto silencio estudiantil, porque nuestros jóvenes fueron amedrentados y perseguidos para acallarlos.
Es admirable que los  universitarios le sigan mostrando a Colombia que no tragan entero y que están preparados para movilizarse y proponer cosas sin recurrir a la violencia, que son capaces de hacerse sentir y programar discusiones y actividades culturales para mostrar su inconformidad, para cuidar sus universidades públicas que hoy son la puerta para la superación y el progreso de aquellos que no tienen el dinero para estudiar en universidades privadas.
Bienvenido el movimiento estudiantil en la Universidad Popular del Cesar. Esperamos que cada día crezca, que se mantenga activo y vigilante, para que nuestra alma mater siga su camino al desarrollo, acompañada de estos jóvenes quienes representan la esperanza de una región que no quiere volver a ser sometida y que ve en la educación la única vía para la superación de las diferencias y desigualdades que impone la misma modernidad.
Después de más de una década, esto es posible en la Universidad Popular del Cesar,  porque quien está administrando cree en el respeto por la diferencia y por el  disenso, pero desde la tolerancia y la concordia.

arizadaza@hotmail.com

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