Por: Gustavo Cotes Medina
Los remezones en la economía mundial es una historia que parece no tener un final a corto plazo. Al débil crecimiento del Producto Interno Bruto de los Estados Unidos, a la situación de recesión en la Eurozona y a las enormes dificultades para realizar la transición a la democracia en algunos países árabes, ahora, en una sumatoria llena de dudas, se encienden las alarmas en China por la caída brusca de las manufacturas, y en Alemania por la subasta de bonos que generan nuevas inquietudes en los mercados internacionales.
El indicador clave de la actividad manufacturera en la China registró su peor descenso mensual desde el primer trimestre de 2009, lo cual provocó temores de un aterrizaje forzoso en la segunda mayor economía del mundo. Este suceso es la primera evidencia concreta de que el sector estaría entrando en una contracción que podría conducir al gobierno chino a una política de estímulos.
A la fecha, las medidas de estímulos incluyen recortes de impuestos para las pequeñas empresas, esfuerzos del banco central para promover el crédito y disminución de los requisitos de liquidez de los bancos. Al retroceso de la inversión en propiedades y la demanda de materiales de construcción, se le agrega que las exportaciones de China han caído durante tres meses en forma consecutiva.
Las exportaciones de textiles, que tienen bajo valor agregado, son los más golpeadas por los aumentos de salarios y la apreciación de la moneda. La actual menor demanda externa significa que las empresas chinas de alta tecnología, también sienten la presión.
Sin embargo, el pronóstico del Banco Mundial es que el Producto Interno Bruto de China crecerá 9,1% este año, frente al 10,4% de 2010, pero la perversa combinación de una débil inversión interna y una menor demanda externa estaría aumentando la probabilidad de una desaceleración más profunda de la prevista. ¿Será que China pierde vigor?
La subasta de la deuda soberana de Alemania causó sobre saltos en los inversionistas golpeados por las malas noticias de Europa en los últimos meses. El mercado la interpreta como una clara señal que la crisis económica está llegando al corazón de la Eurozona y que se está transformando en una tormenta global. Esta situación refuerza la necesidad que los líderes del continente deben encontrar soluciones rápidas y concretas a estas alarmas encendidas.
Los bonos alemanes, conocidos como bunds, han ofrecido en los últimos años un interés menor que el de los Estados Unidos porque se considera que Alemania tiene un mejor perfil de deuda y es un refugio más seguro. Por estas razones, la subasta de bonos ha generado preocupaciones muy serias.
En los 60 años de historia de la República Federal de Alemania nunca se había tratado de vender un bono a 10 años que pagara un interés de 2%. Es una señal: ¡No se puede tomar esta subasta en forma aislada! En los mercados internacionales la percepción es que la calidad crediticia de Alemania se ha deteriorado.
En ese mismo vecindario europeo, el Fondo Monetario Internacional estaría listo para dar una ayuda hasta por 600.000 millones de euros a la economía de Italia. El primer ministro, Mario Monti, adelanta conversaciones con la directora del FMI, Christina Lagarde, para recibir esa ayuda, que sería un enorme salvavidas para la recuperación y el rescate económico de Italia.
A pesar de las caídas de los regímenes despóticos y de las actuales tormentas en el mundo árabe, la transición a la democracia tendrá un costo alto y un largo proceso de maduración que llevará a la construcción de nuevas naciones donde puedan vivir en comunidad y en completa libertad sus ciudadanos, sin considerar sus orígenes, sus creencias y sus razas. Así lo esperamos todos confiados en la sensatez y el sentido común de sus líderes.
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