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¿Qué pasa con los gremios en el Cesar?

Cuando se habla de desarrollo regional, como sucedió recientemente con el Foro sobre Ciencia y Tecnología, realizado en la Biblioteca Rafael Carrillo Lúquez, se nota la falta de liderazgo por parte de la sociedad civil, en general, tan necesario para supervisar y exigirle resultados al sector público, entre otras responsabilidades.
En el evento en mención, el director de la Comisión de Competitividad de Santander, Alberto Martínez Carreño, resaltaba la fortaleza que tiene en el departamento vecino la dirigencia gremial y empresarial; característica que consideramos indispensable para discutir, concertar y proyectar el desarrollo de una región o un departamento.
En el caso del departamento del Cesar, hay que advertir que existen varios gremios de diversos sectores de la economía: Fenalco, la Cámara de Comercio, Fedearroz, Federacafé, Acopi, la Sociedad de Arquitectos, entre otros, que algunas, pero muy pocas veces, hacen determinado planteamiento sobre la problemática económica y social de la región.
No obstante lo anterior, consideramos que falta carácter y liderazgo en nuestra dirigencia gremial, que debería estar aglutinada en un Comité Intergremial, pero este existe sólo de nombre- En la práctica, si se reúnen a deliberar algún tema, reuniones no trascienden al público y se quedan en coloquios de amigos y nada más.
Algunos de estos gremios se dedican sólo a replicar unos planteamientos que hacen sus cúpulas directivas, desde Bogotá, pero muy pocas veces los hemos escuchado hablar y proponer salidas de fondo a la problemática local.
Hay que reconocer que envidiamos la situación de Antioquia, Atlántico, Valle del Cauca, y ahora que conocemos la de Santander, donde el sector privado ha asumido un compromiso y un liderazgo con una agenda que trasciende sus legítimos intereses particulares.
Queremos ver a nuestros gremios con otra actitud, con un carácter más proactivo, critican do cuando sea del caso a los mandatarios locales, pero también proponiendo salidas a los múltiples problemas que afronta Valledupar y el Cesar.
¿O es que nada tienen que decir nuestros gremios sobre la ola de inseguridad y violencia que vive la ciudad?, ¿sobre el problema del motociclismo y el mototaxismo?, el desplazamiento, la falta de empleo o el emprendimiento, entre muchos otros, que afronta Valledupar.
Igual sucede con el departamento del Cesar. En la dirigencia gremial pareciera existir una resignación sobre el desarrollo de nuestro departamento, poco o nada se dice de la situación de nuestra infraestructura, principalmente de las carreteras a cargo del departamento, en donde se requieren millonarias inversiones para poder sacar buena parte de la producción agrícola campesina que hoy se pierde por la falta de vías a los mercados de consumo. Para citar sólo un ejemplo.
Mientras en otros departamentos del país se explora la posibilidad de otros sectores para estimular, desarrollarse y abrir nuevos negocios y empleos, acá poco o nada se dice del turismo, por ejemplo o del futuro de sectores como el de servicios y otros que se podrían encadenar a la explotación de la minería del carbón.

Y tampoco conocemos un estudio, una posición, un pronunciamiento, con excepción del reciente tema de la leche por el TLC con Europa, sobre la amplia, diversa y polémica agenda legislativa del gobierno nacional, que toca aspectos como el cambio en la distribución de las regalías, la tenencia de la tierra, la reparación a las víctimas del conflicto, la consolidación de la región Caribe, entre muchos otros temas. Sobre el tema de regalías recordamos un breve comunicado y nada más.
Valledupar y el Cesar requieren a gritos una dirigencia gremial actuante, verdaderamente preocupada por la problemática política, económica y social de la región.
Basta ya de la crítica en parrandas y reuniones privadas, queremos ver a nuestros dirigentes gremiales en una actitud reflexiva y autocrítica, primero; pero, principalmente, proponiéndole al sector público, a la academia, a la escasa dirigencia sindical que tenemos, a la academia y a la comunidad, en general, salidas a la encrucijada por la cual atravesamos, como lo han hecho, reiteramos, otras regiones en las cuales el sector privado, a través de su dirigencia empresarial y gremial, se ha comprometido y han logrado, conjuntamente con el sector público, visionar mejores escenarios de futuro y trabajar con tesón para construirlos. Ya esta bueno de tanta pasividad y silencio. Las páginas del diario El PILÓN están abiertas a difundir las propuestas y alternativas que el sector privado está en la obligación de hacerle a la región.

Categories: Editorial
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