La terminación de la represa El Cercado, que se construye sobre el río Ranchería, en inmediaciones del municipio de San Juan del Cesar y que fue ideada hace más de 50 años, como la panacea para la contaste falta de agua en esta región del país, pero según los congresistas guajiros, por falta de voluntad política del gobierno, hoy está a punto de ingresar a la lista de los innumerables elefantes blancos que hay en el departamento de La Guajira.
Así lo concluyeron los congresistas de la Comisión Tercera del Senado de la República, que el pasado martes participaron en un debate de control político, luego de escuchar las desalentadoras palabras del director del Departamento Nacional de Planeación, Simón Gaviria, quien cuestionó la demora en la culminación del proyecto Ranchería.
“Necesitamos tener un proyecto maduro. No está previsto este proyecto a mediano plazo porque no está estructurado” afirmó Gaviria.
Por su parte, el senador Antonio Guerra De la Espriella indicó que La Guajira no necesita lástima, sino respeto y decisión política.
“Frente a este caso se hace necesario determinar las responsabilidades políticas, fiscales y ambientales, pues no hay justificación alguna para que un proyecto de este talante se haya convertido en un dolor de cabeza para el departamento de La Guajira, que últimamente ha captado la atención de la opción pública por sucesos lamentables y no por las potencialidades de ese territorio”, señaló el congresista.
Al igual que De la Espriella, varios senadores hicieron una vehemente defensa de la conveniencia de la finalización de la represa, ya este proyecto multipropósito fue diseñado para dar solución a los problemas de agua potable y riego de La Guajira, y consistía en la construcción de una presa para lo cual se hizo necesario inundar un área aproximada de 638 hectáreas en la parte alta del río Ranchería para almacenar agua y asegurar el suministro constante hacia la zona norte del departamento, la más afectada por la sequía.
A través del mismo se buscaba dar solución a los problemas de agua de los municipios de San Juan del Cesar, Distracción, Fonseca, Barrancas, Hato Nuevo, Uribia, Manaure, Maicao y Albania, suministrar agua a los distritos de riego de Ranchería y San Juan, y generar energía eléctrica a pequeña escala con 16 kilovatios por hora.
La construcción de este megaproyecto inició en el 2001 y la entrega de la Fase I se dio en julio de 2011, con un retraso aproximado de cuatro años y con un valor final de 848 mil millones de pesos.
Es de anotar que este proyecto se contempló en dos fases: Fase I, construcción de la presa ‘El Cercado’, y Fase II, construcción de las obras de los distritos de riego Ranchería y San Juan, redes de distribución, obras prediales y generación de energía, pero el proyecto solo se completó en su primera fase. Fue programado para ser entregado en siete años y tan solo la Fase I se demoró once.
“Ahora la fase dos sería la construcción de los distritos de riego, la cual tendría un costo de 550 mil millones de pesos, y la fase tres constaría de la construcción de los acueductos regionales, pero no se contempla por ninguna parte la generación de energía en pequeña escala”, acotó el senador sucreño.
El director del DNP explicó que dado que la obra fue financiada a través de un Conpes, en este no se prevé la integralidad de los proyectos, es decir, como este caso, todas las fases en las que se dividió la construcción de la represa ‘El Cercado’, pues los Conpes son de política pública y no de obras de inversión.
“En el Conpes no se previó la fase dos ni las obras complementarias. En el Conpes 2005 quedaron sueltas las obras de esa segunda fase”.
Sobre si se va a dar continuidad a las obras, Gaviria sostuvo que se hace necesario la maduración de la Fase II y analizar el tema presupuestal. Agregó que lo más conveniente para la culminación dl proyecto es conformar una Asociación Público Privada, APP, porque hay que hacerlo sostenible en el tiempo y en estos momentos el gobierno no tiene presupuesto.
Por: Jesús Eduardo Ariño Fragozo
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