Este miércoles miles de chinos celebraron con euforia el final de más de dos meses de confinamiento en Wuhan, cuna de la pandemia de Covid-19. El foco del virus se trasladó a otros países y no da tregua en Estados Unidos y Europa, donde, además, no se logra generar una respuesta económica unificada y las muertes volvieron a aumentar en el país ibérico.
La ciudad retirará por fin las vallas que cerraron sus autopistas durante dos meses. El aeropuerto, que estuvo cerrado desde el pasado 23 de enero, también retomará sus vuelos. Las estaciones de trenes admitirán pasajeros. De igual forma, el núcleo industrial y el transporte en el centro de China volverá a estar conectado con el resto del país.
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Sin embargo, algunas calles de Wuhan todavía mantienen la seguridad que les recuerda la tragedia que ahora se sufre en otros lugares del mundo. La entrada de algunos parques aún se encuentra con sellos y solo se puede acceder tras mostrar el código verde del celular que comprueba no se es portador del virus.
La pandemia parece estar controlada en China, donde surgió a fines de diciembre, pero en Estados Unidos registró un récord mundial con 2.000 muertos en las últimas 24 horas y casi 13.000 en total, y Europa, continente más afectado con más de 58.000 decesos y 750.000 casos oficialmente declarados.