‘El Negro Meji’, de 53 años, como cariñosamente era conocido Manuel Mejía Moscote, vigilante en la Asociación Protectora de Ariguaní, Asodar, se suicidó en su residencia del barrio San Joaquín de Valledupar.
“Mi hermano nunca demostró que tenía problemas depresivos, ni había advertido que no quería seguir viviendo, pero parece que él todo lo tenía premeditado, porque utilizó una cuerda de nailon que al parecer había comprado para tomar la fatal determinación”, manifestó Marina Mejía Moscote, quien trabaja como auxiliar administrativa de urgencias del hospital Rosario Pumarejo de López.
La mujer recordó los últimos momentos junto a su hermano, quien tenía tres días seguidos de estar tomando licor y en la fecha del suicidio, se la pasó encerrado todo en su cuarto.
“Antes de costarme, yo salí al patio a buscar un trapero y lo vi sentado en una silla, le hablé y me respondió que todo estaba bien. Él tenía su habitación en el patio de la casa y dormía en cama, no tenía hamaca, por eso pienso que el nailon lo compró el día anterior en alguna tienda o ferretería.
Volví a salir al patio como a las 11:20 y al abrir la puerta ya lo veo suspendido con la cuerda amarrada de una viga metálica del quiosco; solamente lo vi del cuello hacia abajo, pedí auxilio y lo descolgamos, pero ya estaba sin signos vitales”, relató.
El levantamiento del cadáver estuvo a cargo del Cuerpo Técnico de Investigación, CTI, de la Fiscalía.
El féretro es velado en la funeraria ‘La Esperanza’ y el sepelio se cumplirá hoy en el cementerio Jardines del Ecce-Homo de Valledupar.
Por Abdel Martínez Pérez