CARACAS (AP) — El gobierno venezolano reportó la detención de un presunto narcotraficante colombiano en el estado costanero de Anzoátegui con lo que se eleva a nueve las capturas de supuestos capos del tráfico de drogas en lo que va del año.
El ministro de Relaciones Interiores, Tareck El Aissami, dijo que el sábado fue aprehendido Carlos Alberto Ojeda Herrera, de 55 años, quien “ha sido condenado por las autoridades judiciales al cumplimiento de cadena perpetua en los Estados Unidos”.
“Con esta detención suman ya nueve los jefes de asociaciones criminales dedicadas al tráfico de droga y que han sido detenidos por las autoridades del gobierno en el territorio nacional”, dijo el ministro a la estatal Venezolana de Televisión.
Ojeda Herrera es “responsable del tráfico de cocaína y heroína a Estados Unidos y Puerto Rico”, acotó El Aissami, quien agregó que “el presidente Hugo Chávez ha instruido comunicar de inmediato de esta detención a las autoridades de Estados Unidos y proceder con su inmediata deportación”.
En la detención participaron agentes del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) y tropas de la Guardia Nacional, señaló el ministro, sin dar otros detalles.
“Esta es una muestra más, un ejemplo más, del compromiso y la voluntad del Gobierno venezolano” contra el ilícito, pese a que Estados Unidos no reconoce esa labor en sus informes, agregó.
Venezuela, por su cercanía a Colombia y a los principales centros de procesamiento de drogas en Sudamérica, se ha constituido en una de las rutas más importantes del narcotráfico.
Estados Unidos dice que Venezuela no está haciendo lo suficiente para detener el flujo de drogas, en particular cocaína, a través de su territorio. El presidente Chávez, sin embargo, sostiene que su gobierno está haciendo todo lo posible para tomar medidas enérgicas contra el tráfico de drogas, a la par de denunciar a Estados Unidos como asiento de las mayores redes del narcotráfico del mundo y ser el principal país consumidor.
En el 2005, el presidente Chávez suspendió la cooperación con la agencia antidrogas estadounidense DEA, alegando que sus agentes incurrieron en actividades de espionaje. Funcionarios estadounidenses rechazaron esas acusaciones.