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¿Qué vallenato premian en los Grammy?

No es el autóctono y mucho menos el hecho bajo los parámetros de la tradicional música del Magdalena Grande, el vallenato premiado con un gramófono en los premios Grammy Latino es una ramificación de lo tradicional y lo hecho por Carlos Vives en sus inicios.

A esa conclusión se llega después de revisar los 11 reconocimientos otorgados por la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación a la categoría vallenato/cumbia, desde su aprobación en 2006.

Seguramente los artistas vallenatos no sienten preocupación al ver a Fonseca como nuevo ganador, pero es claro el mensaje para quienes hacen parte de este género y prefirieron emigrar al mundo de las fusiones con el merengue, la salsa, el reggaetón y la champeta respectivamente, porque otros están haciendo la tarea de preservar la música tradicional vallenata aunque sea como experimento.

Jorge Celedón es el más ganador del Grammy con tres estatuillas, le siguen Peter Manjarrés con dos y luego Los hermanos Zuleta, Diomedes Díaz, Felipe Peláez y Juan Piña, con una. Mientras que Juan Carlos Coronel alcanzó el único para la cumbia en el año 2011 y ahora Fonseca ganó con ‘Homenaje a la música de Diomedes Díaz’, a pesar de ser intérprete de pop o vallenato alternativo como en algún momento llegaron a denominarlo en Bogotá.

Fonseca es de la línea musical de artistas como Carlos Vives, Moisés Angulo, Chabuco, quienes iniciaron el proceso de incluir el acordeón en sus bandas que están cargadas de guitarras eléctricas, baterías y otros instrumentos que separan a las raíces vallenatas del nuevo ‘vallenato house’.

Nacimiento y huecos

La aparición de la nueva categoría en los Grammy, en 2006, suponía un cambio en las estrategias de cómo promocionar los artistas vallenatos, pero en la esfera internacional.

De nada sirve ser exitoso, vender cierta cantidad de discos, ocupar el primer lugar en las emisoras de Colombia, cuando el producto no llega al público latino que vive en ciudades como Miami, teniendo en cuenta que los principales votantes para elegir el Grammy son músicos, compositores, arreglistas, grabadores e intérpretes mundiales y que de vallenato tradicional conocen poco.

Hay ejemplos claros, el artista Silvestre Dangond tiene seis nominaciones en 10 producciones musicales de estudio, en las que ha incluido el considerado vallenato de la nueva ola o el tradicional, como fue su último compacto ‘Sigo Invicto’; aparece el Binomio de Oro de América, que tiene amplia trayectoria y su nombre fue uno de los primeros en desligarse de Colombia y expandirse por Venezuela o Estados Unidos. Ninguna de esas dos agrupaciones ha podido conseguir el gramófono.

En Miami, Estados Unidos, principal sede de la Academia Latina de Artes lo único que se conoce como vallenato son las canciones del samario Carlos Vives. En las emisoras locales no se transmiten canciones de ‘la nueva ola’ por las estaciones de radio y mucho menos el vallenato tradicional. El camino acaba de emprenderlo Silvestre Dangond, quien se radicó en Estados Unidos hace unos años y con la asesoría de Andrés Castro, productor de Vives, comenzó lo que él denominó su “metamorfosis” en la música latina.

Si bien es cierto, el mensaje de la Unesco no fue que los artistas vallenatos se dedicaran a grabar música como la de Alejandro Durán, ‘Juancho’ Polo Valencia, Calixto Ochoa, Alfredo Gutiérrez, entre otros, pero tampoco fue un premio otorgado al vallenato por su gran expansión a nivel nacional e internacional.

El compositor Rosendo Romero Ospino sabe y lo describe como una alerta, por el riesgo que tiene la expresión cultural de antaño.

“Muchos periodistas, locutores con años de experiencia y la gente ha tomado esto como si se tratara de un premio y no lo es, es una advertencia y alerta para que se tomen las medidas consecuentes para la defensa de la música vallenata”, aclara Romero Ospino.

El productor y acordeonero, Juan Carlos Ovalle, asegura que el cambio de las grabaciones en el vallenato surgió porque el público pasó a consumir otro tipo de música y los artistas emigraron en busca de ellos.

Por su parte, el folclorista Álvaro Álvarez asegura que con el Grammy de Fonseca ganó el género porque se premiaron las raíces del legado hecho por Diomedes Díaz, así como también siente que el vallenato no está en crisis, sino que el estado crítico es para algunos artistas que perdieron el norte.

Creación

En el 2010, la periodista Liliana Martínez Polo publicó en el periódico El Tiempo una entrevista con Gabriel Abaroa, presidente del Grammy, quien destacó que la categoría vallenato / cumbia no se creó por influencia de ninguna persona, sino porque se generó un incremento en las solicitudes de peticiones para crear nuevos galardones.

“Cuando se creó la categoría de vallenato, Brasil solicitó la revisión de sus categorías: se habló de música romántica y de tropical tradicional y tropical contemporánea brasileña. Y si había oposición, decían: ¿Por qué Colombia sí y nosotros no? Con ella se creó un reto natural”, dijo Abaroa.

Según el dirigente, crear la categoría vallenata les dejó lecciones: “Aprendimos mucho sobre cómo proponer y presentar una categoría a la comunidad artística que la representa -añadió Abaroa-. La de vallenato y cumbia se creó dentro de las reuniones del Grammy, sin viajar a Colombia, sin sesiones de trabajo local. En un momento se tenía la categoría, pero no se tenía en Colombia el conocimiento de lo que representaba para los músicos del género. Hubo que venderla a posteriori”.

Y agregó que “cuando vayamos a abrir cualquier tipo de categoría, el camino será acercarse primero a creadores, productores y a los periodistas especializados en el género para involucrarlos, para que no parezca una imposición, algo ajeno y extraño que nadie sabe por qué se genera”.

Así ocurrió con la categoría de música tropical mexicana, derivada del premio de vallenato y cumbia, en un intento de los intérpretes de la ‘cumbia mexicana’ por tener su toldo aparte.

“Nos acercamos y hablamos con las personas involucradas -recuerda Abaroa- para decirles que cometían un error, que iban a salir perdiendo. Y cuando se perdió esa categoría (duró apenas un año) por falta de material, no hubo la necesidad de dar mayores explicaciones, porque sabían que era un riesgo y ellos decidieron correrlo”.

En esos cinco años de creación, la categoría vallenata ya había tenido sus discusiones internas. “Al crearla –advirtió Abaroa-, quisimos desde el principio respetar mucho los aires de la música colombiana y que la cumbia estuviera presente, por eso se integró al vallenato. Pero muchos pidieron separar los dos géneros y se les explicó que esa opción era dejar huérfana a la cumbia colombiana y nadie fue capaz de votar por eso, nadie volvió a protestar porque no se permite que el vallenato esté solo. Es más, alguien propuso cambiar el nombre, incluir la y griega entre cumbia y vallenato. Eso sí prosperó”.

Línea de Tiempo

Ganadores del Grammy
(Categoría vallenato / cumbia)
(2006) – Hermanos Zuleta – Cien días de bohemia.
(2007) – Jorge Celedón – Son para el mundo.
(2008) – Peter Manjarrés – Sólo clásicos.
(2009) – Peter Manjarrés – El caballero y el rey.
(2010) – Diomedes Díaz – Listo pa’ la foto.
(2011) – Juan Carlos Coronel – Tesoros.
(2012) – Juan Piña – Le canta a San Jacinto.
(2013) – Felipe Peláez – Diferente.
(2014) – Jorge Celedón – Sin fronteras.
(2015) – Jorge Celedón – Sencillamente.
(2016) – ‘Homenaje a la música de Diomedes Díaz’.

De nada sirve ser exitoso, vender discos, ocupar el primer lugar en las emisoras de Colombia, cuando el producto no llega al público latino que vive en ciudades como Miami, porque los principales votantes para elegir el Grammy son músicos, compositores, arreglistas, grabadores e intérpretes mundiales y que de vallenato tradicional conocen poco.

Por Carlos Mario Jiménez
Carlos.jimenez@elpilon.com.co

Categories: Farándula
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