Este martes, la Defensoría del Pueblo reveló que Valledupar tiene dos de los diez centros transitorios más hacinados en el país. Uno de ellos es la Permanente Central de la Estación de Policía, nombrada por la entidad como La Candelaria, la cual cuenta con un hacinamiento del 1.396 %.
Este porcentaje está por encima de otras que también fueron analizadas, como la de Puente Aranda en Bogotá (889%), la de Maicao (773%), Itagüí (653%), Ibagué, en el centro de detención transitoria Permanente Central (620%); Santander de Quilichao en Cauca (570%), la Estación de Policía Caribe Norte en Cartagena (530%), y Santa Marta (372%). Otro de esos sitios es el centro de paso de Valledupar, que es administrado por la Sijín y presenta el 374% de hacinamiento.
“El hacinamiento sigue siendo el problema más grave, pues se traduce en ausencia de espacios para dormir, consumir alimentos y desarrollar cualquier tipo de actividad, sin contar que propicia la propagación de epidemias”, dijo Carlos Camargo, Defensor del Pueblo.
El pronunciamiento lo hizo en un balance que entregó sobre las visitas realizadas a centros transitorios a nivel nacional, en el que se evidencian deficiencias para la atención de los internos en las estaciones de Policía y Unidades de Reacción Inmediata.
Además, notaron que la alimentación no se ajusta al común de la sociedad, puesto que no se cumplen los estándares de calidad y cantidad por parte de las empresas contratadas por la Unidad de Servicios Penitenciarios, Uspec. Asimismo, falta mantenimiento en las áreas utilizadas para la producción de los alimentos y espacios adecuados para el consumo de estos.
En otros departamentos como Sucre, Bolívar, Valle del Cauca, Chocó, Amazonas y Meta, se reflejó una constante interrupción en el suministro de agua y una falta de mantenimiento a las plantas de tratamiento de aguas residuales en los sitios carcelarios.
“Realizamos más de 50 visitas en terreno y corroboramos que la Estación de Policía de Maicao está a la cabeza de los centros de detención transitoria más inhumanos, ya que se vulneran de manera grave la dignidad humana y los derechos de los privados de la libertad. Allí, aunque la capacidad es para 30 personas, al momento de la visita se evidenció que estaban recluidas 262 personas (un hacinamiento del 773%), quienes deben pernoctar en los baños, los cuales producen olores nauseabundos, o en hamacas unos encima de otros”, puntualizó Camargo.