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El último adiós para Alejandrina Cortina Martelo

Esta es Alejandrina Cortina en uno de los actos políticos que frecuentaba.

Alejandrina Cortina Martelo tenía el reconocimiento de sus seres queridos de haber sido la provinciana que dejó en Valledupar el mejor ejemplo de superación personal y de reflexión sobre el trabajo gubernamental.

Aunque no fue alcaldesa, gobernadora ni ocupó ningún cargo destacado en el departamento del Cesar, los retratos que tiene en su residencia muestran los históricos momentos en que asistió a ceremonias significativas realizadas a los expresidente de Colombia, Alfonso López Michelsen, Ernesto Samper y Andrés Pastrana; así como también al entonces vicepresidente de Comisión Cuarta de Cámara Representante, Alfredo Cuello Dávila.

Ella siempre encontraba los momentos para fotografiarse con la dirigencia política y en medio de los solemnes actos robarse la palabra para dar sus discursos.

“En casi todas las reuniones Alejandrina debía dar un discurso tan irreverente o pintoresco como su personalidad, época en la fue partidaria de exponer ante el público su posición frente a un tema neurálgico de índole social”, comentó Jean Zuleta, una vecina allegada de la familia Cortina.

Siempre será recordada por sus vestidos elegantes, llamativos, pero sobretodo por su vocación política. Cortina Martelo no se fue de esta vida sin dejar en el archivo de la prensa regional que fue ella quien con 66 años de edad validó el bachillerato e ingresó a la Universidad Popular del Cesar para estudiar derecho.

Proceso de superación que obtuvo mediante una acción de tutela interpuesta a la Universidad, por no ser tenida en cuenta en el proceso de admisión de la Facultad de Derecho, pese a que había obtenido un puntaje Icfes muy superior a los 542 jóvenes que se inscribieron con ella en el programa académico.

Siendo considerada como ejemplo de vida, el exgobernador del departamento del Cesar, Cristian Moreno, el 18 de diciembre del 2008 le entregó un reconocimiento por su simbólica labor, por demostrar en condición de adulta mayor un proyecto de vida basado al amor, en el estudio y a esta tierra cesarense a la que le prestó su actitud y vocación por el servicio comunitario.

“Mi tía fue luchadora, empezó desde cero cuando hace años llegó a Valledupar y no conocía a nadie. Con el transcurso del tiempo dado a su personalidad se educó e inmediatamente se relacionó con personalidades de la burocracia política, a las que criticaba en su gestión o los apoyaba. Ella se caracterizó por ser líder comunitaria pero antes que nada era una líder política”, expresó una de las familiares de Cortina.

“Gracias a la gestión y liderazgo de mi mamá las cuatro calles principales del barrio Garupal fueron pavimentadas, su espíritu obstinado en función de ayudar a la comunidad la hizo meritoria de solicitarle a reconocidos dirigentes políticos de la ciudad que se encargaran de realizar la obra” dijo su hija, Lucia Molinares Cortina.

Para esta mujer nacida en Mahates, Bolívar, eso no era tarea difícil, contaba con varios amigos políticos allegados que en diversas ocasiones la conocieron por el ímpetu de su personalidad.
“Un día estaba en mi oficina e irrumpió en ella para hablar conmigo, volándose a todos los que me esperaban para lo mismo, desde ahí entablamos una amistad. Nos habíamos acostumbrado a la figura de ella en las reuniones de actos cívicos, sociales y político, porque fue una mujer activa y altiva también, que tenía que comentar todo contexto social”, comentó el exrepresentante a la Cámara por el Cesar, Alfredo Cuello Dávila.

No obstante, esta no es la única anécdota de Alejandrina; sus sobrinas recuerdan que le gustaba el jolgorio y nunca olvidarán la madrugada carnavalera que vibró con su canción favorita: “Mi camisa raya, la única que tenía, no me la pongo más me la rayo María”, dice la letra en la voz del trirrey vallenato Alfredo Gutiérrez.

Ahora la alegría y algarabía se apagó en el seno de la familia Molinares Martelo, sus hijas: Gladys, Sayli, Lucia y Mónica, así como su eterno novio Luis Alberto Molinares, se quedaran con la nostalgia de que tuvieron en su vida la mejor compañía: Alejandrina Cortina Martelo.

Alejandrina Cortina fue jubilada por la Gobernación del Cesar cuando laboraba en la dependencia de secretaria de Planeación.

Por Marllelys Salinas

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