Para nadie es una novedad el hecho de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no es un defensor de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Sus ataques a esta institución han sido continuos desde que ocupase la Casa Blanca y se han recrudecido con el pulso arancelario desatado este año.
Ahora, según informaciones del portal Axios, el republicano está dispuesto a retirar a Estados Unidos de la OMC y ha preguntado reiteradamente a sus consejeros sobre esta posibilidad. Según Trump, el resto de los países utiliza este organismo para aprovecharse de la mayor economía del mundo. La OMC es la institución internacional que ayuda a resolver disputas comerciales utilizando un sistema basado en reglas, que en teoría pone fin a prácticas comerciales desleales y combate la amenaza de guerras comerciales. La organización surgió del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio y fue fundada en 1995.
La posible salida de Estados Unidos socavaría la legitimidad de la organización y podría dar pie a que otros países no sigan el sistema de reglas comerciales creado por la comunidad internacional. En teoría, los funcionarios de la Casa Blanca han mostrado su reticencia a las sugerencias de Trump y han desestimado orquestar el proceso para que el país abandone la OMC, pese a la insistencia del republicano.
El punto crucial radica en esto: la Casa Blanca no puede tomar la decisión de forma unilateral, ya que un proceso de salida de la OMC debería contar con la aprobación del Congreso. De hecho, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, negó que las intenciones de Trump fueran ciertas y consideró “una exageración” decir que el presidente quiera sacar a Estados Unidos de la OMC. Por su parte, el director legislativo de la Casa Blanca, Marc Short, reconoció que el presidente estadounidense estaba frustrado con la OMC, pero incidió en que no tenía conocimiento de ningún plan que busque oficialmente retirar al país de la organización.